Puerto Príncipe.- La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, denunció este martes la “violencia extrema” ejercida por las bandas armadas que se desató el 24 de abril en Puerto Príncipe.
Los enfrentamientos han causado la muerte de al menos 188 personas, entre ellos 92 civiles y 96 miembros de las bandas, mientras que 12 personas están desaparecidas, 113 resultaron heridas y 49 fueron secuestradas en estas tres semanas, según un documento de la ONU.
Bachelet afirmó que la cifra real de muertos “puede ser mucho mayor”, resaltando que se han reportado decapitaciones, quema de cadáveres, asesinato de menores acusados de ser informantes de bandas rivales, así como violaciones de niños.
“La violencia armada ha alcanzado niveles inimaginables e intolerables en Haití”, dijo Bachelet, demandando que se tomen medidas urgentes para restablecer el Estado de derecho, proteger a las personas de la violencia armada y exigir responsabilidades “a los patrocinadores políticos y económicos de estas pandillas».
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Miles de personas, incluidos niños, se han visto obligadas a abandonar sus hogares durante las últimas tres semanas y buscar refugio en sitios temporales o familias de acogida en otras zonas del país.
La circulación en las dos carreteras que conectan Puerto Príncipe con el norte y este del país se ha visto comprometida por los conflictos, una situación que “podría tener impactos devastadores a largo plazo en la ya difícil situación
económica en Haití”, agregó la alto comisionada.
Bachelet subrayó además que la fragilidad de las instituciones del Estado, en particular la Policía y el poder Judicial, “ha alimentado la anarquía” y expresó el temor de que la violencia solo se intensifique.
La guerra entre las bandas 400 Mawozo y Chen Mechan se desató el 24 de abril por el control de varias barriadas en la planicie de Cul-de-Sac, una amplia región en el norte de Puerto Príncipe, que se divide en las comunas de Tabarre y Croix-des-Bouquets.
Al menos 9.000 personas han dejado sus hogares ante la violencia extrema y se han refugiado en escuelas o refugios insalubres, o duermen en plena calle o han huido a otras zonas del país.