Roma.– Los motines registrados entre el domingo y el lunes en Italia por las restricciones en el régimen de visitas a causa de la emergencia del coronavirus que vive el país dejaron once presos muertos, confirmó este martes el Ministerio de Justicia italiano.
Ocho de las víctimas eran presos en la cárcel de Módena (norte)- la mitad murió en la propia cárcel mientras que los otros cuatro fallecimientos fueron después de ser evacuados a los centros de Alessandria, Verona, Parma y Ascoli tras las revueltas.
Otros tres reclusos murieron en Rieti (centro) y diez internos de este centro se encuentran ingresados.
Todas las muertes se produjeron después de que los presos consumieran fármacos y estupefacientes tras saquear la enfermería de sus cárceles, según las primeras indagaciones.
Las autoridades judiciarias han ordenado custodiar los cadáveres para esclarecer las circunstancias de los fallecimientos.
Las protestas se produjeron entre el domingo y el lunes después de que el Gobierno decretara una serie de medidas para contener el avance del coronavirus, que ya ha infectado a casi 8.000 personas y causado la muerte a 463, sobre todo en el norte del país.
Los presos se quejaban de las restricciones en el régimen de visitas y la situación derivó en violentas revueltas en una veintena de cárceles de todo el país.
Este martes siguen los disturbios en la penitenciaría de Boloña (norte), donde se han ocupado algunas áreas, mientras que Foggia (sur) lograron escaparse 50 presos y ya han sido capturados 22, algunos vinculados con la criminalidad organizada, según los medios.
En Melfi (sur) esta noche se logró la liberación de cuatro agentes y cinco operadores sanitarios tomados como rehenes.
Mientras siguen algunas protestas en las cárceles sicilianas de Caltanissetta y Enna (sur), Larino, Pescara y Avellino (centro), donde grupos de presos se niegan a volver a sus celdas, así como en Palermo (sur), Génova (norte) Rieti y Campobasso (centro).
La Fiscalía de Milán (norte) ha abierto una investigación sobre las revueltas en la cárcel de San Vittore, en la que algunos reos subieron al tejado y dieron fuego a las instalaciones, y se han producido delitos como saqueo, devastación y resistencia a la autoridad.
El garante de los presos italianos, Stefano Anastasia, reconoce en una entrevista en “La Repubblica” que el “detonante” fueron las restricciones de las visitas de los familiares en las penitenciarías para evitar eventuales contagios en su interior.
Y subrayó que “es necesario reducir el número de presos” dado el actual abarrotamiento de las cárceles italianas por lo que apostó por una “medida de clemencia”, de indulto en algunos casos, aunque no lo ve factible por una cuestión de interés “político».