Ginebra, Suiza.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó hoy realizar una ecografía entre las semanas 18 y 20 de gestación a todas las embarazadas que residan en zonas afectadas por el virus del Zika para descartar anomalías cerebrales en el feto, especialmente microcefalia.
La agencia sanitaria de Naciones Unidas actualizó hoy sus recomendaciones para detectar la posible infección con el virus del Zika en mujeres embarazadas y cómo tratarlas si el diagnóstico se confirma.
“Se recomienda efectuar ecografías a las embarazadas que vivan en zonas donde hay transmisión del virus de Zika para detectar y tratar o para descartar anomalías cerebrales en el feto, especialmente la microcefalia”, reza el documento.
“Todas las mujeres deberían tener la posibilidad de hacerse una ecografía para detectar posibles anomalías entre las semanas 18 y 20, efectuada por un profesional con experiencia en el diagnóstico prenatal mediante ecografía”, agrega.
El texto explicita que si en la ecografía no se ha observado microcefalia o anomalías cerebrales, se debe continuar prestando la atención prenatal habitual a las mujeres que hayan presentado síntomas clínicos y hayan dado negativo en las pruebas de detección del virus de zika.
“Se recomienda realizar una segunda ecografía fetal al final del segundo trimestre o a principios del tercero (de preferencia entre las semanas 28 y 30) para detectar una posible microcefalia u otras anomalías cerebrales puesto que en ese momento son mucho más fáciles de identificar».
“Esta segunda ecografía está recomendada porque la madre podría presentar una infección que afectaría al feto, a pesar de que hubiera dado negativo en una primera prueba y no se encontrasen anomalías en la primera ecografía”, especifica el documento.
Se recomienda realizar pruebas de detección del virus de Zika a las embarazadas que presentan síntomas o signos indicativos de la infección.
Las recomendaciones sugieren, además, que, si es posible, debe considerarse la posibilidad de realizar una amniocentesis cuando la gestante haya dado negativo en la prueba de detección del virus pero se hayan observado anomalías cerebrales en el feto en una ecografía para detectar anomalías genéticas e infecciones congénitas, entre ellas la infección por el virus del Zika.
“En cuanto a la interrupción del embarazo, se debe facilitar a las mujeres que decidan optar por esta vía información precisa acerca de las opciones previstas en la legislación”, puntualiza el texto.
Desde que Brasil anunciara el año pasado que había detectado un brote del virus del Zika, más de un centenar de países han detectado la enfermedad entre su población, que es asintomática en el 85 por ciento de los casos.
No obstante, se ha detectado un incremento exponencial de casos de microcefalia en bebés cuyas madres se habían infectado con el virus y de Síndrome de Guillain-Barré (disfunción neurológica).
La OMS no ha confirmado aún la relación directa aunque asume que hay “consenso científico entre la causa y la consecuencia”, algo que el texto recoge.
Para evitar la posible transmisión sexual del virus de Zika, las parejas sexuales de las embarazadas que vivan en zonas donde haya transmisión del virus de Zika actual o regresen de ellas deben adoptar prácticas sexuales más seguras (sistemático uso de preservativos) o abstenerse de mantener relaciones sexuales durante el embarazo, recuerda el documento.