Olor a ovejas

Olor a ovejas

Olor a ovejas

David Alvarez

Ya tenemos nuevo Arzobispo en Santo Domingo. Fue un proceso dilatado que generó ansiedades y rumores de todo tipo.

La elección fue Francisco Ozoria, tocayo del Papa, y que no apareció en ninguna de las quinielas que se jugaban. No recuerdo ninguna referencia a su elección de análisis alguno de la prensa o los comentarios de curas amigos. ¿Criterios? Un obispo sencillo, con olor a ovejas, comprometido con la justicia social y defensor firme de los emigrantes explotados.

Un pastor que más que condenar, se solidarizaba con los más pobres. Un obispo de a pie.
Nicolás de Jesús deja una herencia notable.

Fiero defensor de la Iglesia y su doctrina, a la usanza de Juan Pablo II, fueron esos tiempos y circunstancias, muy diferentes de la actual. Con Francisco la Iglesia se abre al diálogo y la misericordia, en un mundo donde hay más gente fuera de la Iglesia que dentro.

La mayoría hoy es indiferente al mensaje evangélico y muchos resienten acercarse por sentirse discriminados.

El nuevo Arzobispo tiene grandes retos por delante, encabezando la Diócesis más grande del país, que representa la tercera parte de la población total.

Es momento de pensar en una división que ayude con la atención pastoral. Quizás crear dos o tres diócesis más y dejar la Arquidiócesis del tamaño del Distrito Nacional.

Pero faltan curas preparados para el episcopado. Es un hecho.

Los hay, pero es difícil encontrarlos. Dos diócesis quedan acéfalas y pronto dos o tres más seguirán ese camino. Son momentos de cambio.



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