Pese a logros admirables como la revolución educativa en marcha, las visitas al interior con apoyo a comunidades olvidadas, la obras públicas grandes y pequeñas, la estabilidad y el crecimiento, al cumplirse el primer año del segundo período del presidente Medina varios problemas parecen eclipsar esos méritos.
Algunos dirán que se debe a la disconformidad por Odebrecht y los reclamos contra la corrupción e impunidad. Hay otra lectura que merece considerarse. Y es que la dirigencia del PLD ha devenido en una gerontocracia. Están cansados, desconectados emocionalmente…
El ministro Administrativo Peralta señaló recientemente un dato asombroso: de 635 integrantes del Comité Central del PLD sólo ocho tienen menos de 35 años de edad. Ni hablar del Comité Político, lo más parecido a un politburó soviético hasta con tintes izquierdosos. No es sólo que han gobernado 18 años, es la intensidad del gozo de algunos y cuán viejos estaban al llegar. Ahíos de poder y sus frutos, son un tapón o retranca. No sólo los verdes anhelan cambios. ¡Cuánta justificada presión interna!