David Alvarez
Muchas veces he tenido que explicar para qué sirvo como filósofo. Tenemos una imagen de inutilidad en este mundo tecnificado que parecemos gente sin oficio. Por tanto la noticia de que Google contrató a un filósofo para encabezar la comisión que decidirá que datos borrar de su base datos fue un suspiro de alivio.
Dicen las noticias que se contrató a Luciano Floridi, un filósofo especialista en Ética de la Información del Instituto de Internet de Oxford. Su tarea es ayudar al joven personal de Google a determinar lo que es «bueno» y «aceptable» y lo que no. Este filósofo es una especie de “liquid paper” de la inmensa base de datos de Google.
Pero los filósofos somos algo más que gomas de borrar. La banca, los Estados, los partidos políticos y la dirección de universidades en los países que merecen ese nombre buscan ansiosos buenos filósofos para orientar decisiones, elaborar análisis de perspectiva y establecer criterios éticos en sus actividades.
La PUCMM está estrenando este año un nuevo pensum de filosofía muy competitivo para quienes quieren formarse en esta disciplina, sea como primera o segunda carrera.
La mayoría de nuestros estudiantes son seminaristas, que se les pide dicha carrera previo a su formación como teologos, pero por nuestras aulas han pasado varios estudiantes, hombre y mujeres, que se han licenciado en filosofía con mucho éxito profesional.
Estudiar filosofía en este siglo XXI es una carrera inteligente.
Nuestro país necesita muchos filósofos y filósofas si desea salir del subdesarrollo.
