Santo Domingo.-La operación ‘Lava Jato’, que reveló el esquema de corrupción aplicado por Odebrecth, inició con la investigación a un empresario brasileño que recibía dinero por “servicios de consultoría”, un concepto similar al utilizado por Ángel Rondón en la República Dominicana para justificar los US$92 millones que recibió de la constructora.
La Policía Federal de Curitiba, la mayor ciudad del sur del Brasil, investigaba en julio de 2013 una red mediana de lavado de dinero que operaba desde Brasilia y Sao Paulo.
El comisionario Marcio Anselmo, encargado del caso, tenía los ojos puestos en los movimientos monetarios del casa cambista Carlos Habib Chater, cuyo padre había sido apresado dos meses antes por lavado de activos.
Había muchos motivos para profundizar las investigaciones contra Chater, quien mantenía contacto con Raúl Henrique Srour, otro negociante de divisas de Sao Paulo, condenado en 2005 por actos ilegales.
El caso era prácticamente uno más del montón, pero dos meses después tomó un giro inesperado: descubrieron que Chater se comunicaba vía telefónica con Alberto Youssef, un experto en lavado de activos juzgado en el año 2004.
“No nos podíamos creer que fuese Youssef. Fue un momento inolvidable”, dijo Adriano Anselmo en una entrevista publicada por el periódico El País.
Petrobras: maldita por carro
Youssef había sido implicado en 2004 en el caso de delito financiero Banestado, pero se salvó de la prisión al firmar un acuerdo de colaboración.
No obstante, sus conversaciones con un presunto lavador de activos podrían suponer que este había vuelto a delinquir.
Petrobras, ni mucho menos Odebrecht, sonaba en el expediente, pero en diciembre de ese año los investigadores “se encontraron raro” el hecho de que Youssef habría comprado un carro de lujo a nombre de Paulo Roberto Costa, exdirector de abastecimiento de la compañía estatal Petroleos Brasileiros (Petrobras).
Más que extraño, la curiosidad se enciende entre los investigadores porque no había forma de que un director con un sueldo de US$40,000 pudiera comprar un vehículo valorado en US$115,000.
Ahí es donde Anselmo comienza a investigar otras personas y se entera que tenía entre manos un caso más grande o “histórico”.
RD: ¿real o coincidencia?
El regalo del carro al director de Petrobras se justificaba en las cuentas como “pago de consultorías”, un concepto tan amplio y tan difuso como el de “servicios comerciales”, prestado a Odebrecht por el “lobista” Ángel Rondón.
El empresario dominicano, actualmente bajo investigación por la Procuraduría General de la República (PGR), afirmó que recibió por sus servicios US$92 millones, la misma cantidad que Odebrecht admitió haber distribuido en sobornos para conseguir contratos de obras en el país.
La policía de Brasil descubrió que los sospechosos de lavado de activos brasileños transferían sumas millonarias de dineros hacia China y Hong Kong a través de una red de más de 100 empresas de fachada que utilizaba decenas de cuentas bancarias.
El dinero provenía de negocios de contrabando y desvío de recursos públicos, entre ellos los ganados en los contratos de construcción de obras contratadas por Petrobras a decenas de empresas con operaciones internacionales, como: Odebrecht.
En marzo de 2014, la policía detiene Youssef y a Roberto Costa, quienes a cambio de una reducción de pena, acordaron delatar a los integrantes de la banda de lavado de activos, corrupción y sobornos internacional.
La red obtenía coimas por el equivalente al 3 % del monto de cada obra, dinero que era “blanqueado” reinvirtiéndolo en bombas de gasolina, lavanderías y hoteles. Por eso el caso de corrupción es bautizado como: Operación ‘Lava Jato’, que en portugés significa “Auto lavado”.
“Garganta profunda”
En ‘Lava Jato’, Youssef y Costa son para los fiscales brasileños como “Garganta profunda”, el personaje que en la década de 1970 sopló a dos periodistas estadounidenses las informaciones que revelaron el caso de corrupción más grande de Es tados Unidos: Watergate.
Costa declaró que entre 2008 y 2013 recibió de Odebrecht US$31.5 millones de soborno y señaló a 62 congresistas brasileños de distintos partidos de ser beneficiarios de esas dádivas.
A la fecha, la recogida de testimonios, búsquedas, violaciones de la confidencialidad, las solicitudes de cooperación y colaboraciones concedidas llevaron a la formulación de 56 cargos penales contra 259 personas en Brasil.
Está preso y condenado a 19 años el expresidente de Odebrecht, Marcelo Odebrecht.
También guarda prisión el expresidente de la Cámara de Diputados de ese país, Eduardo Cunha, y otros funcionarios.
Colombia, Panamá, Perú y República Dominicana intentan descubrir los involucrados en su territorio.