Ocoa. – Flores, lauros, abrazos, lágrimas. Ocoa, el municipio de la cordillera donde vive gente, buena se rindió a los pies de religiosas y servidoras comunitarias que por 60 años dejaron huellas profundas en esta provincia.
Más de 10 reconocimientos fueron entregados a monjas, religiosas y comunitarias de la organización Religiosas Hospitalarias de San José, que ha servido al país y esa provincia desde el año 1964.
En trabajos duros, voluntarios y con el corazón engrandecido, sembraron valores, escuelas, talleres de formación y destrezas en las zonas apartadas de estas serranías, donde la tierra pare vegetales y hombres y mujeres nobles.
Fueron por años el soporte operativo y social del Padre Luis Quinn, un británico-canadiense de alma inmensa que se instaló en estas lomas en 1965 y dejó su impronta social, religiosa y en organizaciones de desarrollo e infraestructura.
También fue reconocido el proyecto Misión Dental Dominicana, que por 42 años ha realizado operativos dentales con odontólogos y especialistas provenientes del extranjero, encabezados por el doctor Francisco Serio, quien recibió la distinción.
Los reconocimientos fueron entregados por centros educativos, organizaciones de mujeres, hospitales, grupos de apoyo y organizaciones de desarrollo.
Las religiosas presentes fueron hermanas Nicole Gaudet, superiora general, de Canadá; Patricia Cuddihy RHSJ, consejera local, de Canadá; Marie Claire Bourbonnais, superiora local; Teófila Santos Presinal, de San José de Ocoa; y Alexia Chávez Durand, asistente general, del Perú.
En total, 30 religiosas de Canadá, República Dominicana y otras naciones ha rotado manos y corazón durante seis décadas para llevar esperanza a grupos de jóvenes, agricultores, mujeres y niños.
Los reconocimientos fueron entregados en una misa celebrada en la parroquia San José, por el obispo de la Diócesis de Baní, monseñor Faustino Burgos Brisman; y el párroco José Alfredo Rodríguez Uceta.