¿Ocaso del libro?

¿Ocaso del libro?

¿Ocaso del libro?

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Primero fue Thesaurus y ahora cayó también la Librería Mateca.

Ambas con bien ganado renombre en el oficio de divulgar cultura a lo largo de sacrificados años durante los cuales sus dueños lucharon como Quijote hasta el final.

Otras librerías, de menor volumen pero con tanto mérito como las mencionadas, también se han visto en la necesidad de cerrar sus puertas ante la persistencia de los números rojos en su contabilidad.

¿Qué está sucediendo? ¿Será que los libros están muy caros o que la gente lee cada vez menos? ¿O estamos acaso frente al fenómeno de una tecnología que sustituye al libro de papel por la pantalla digital?

No sé si alegrarme o entristecerme al comprobar que el contenido de los libros que antes ocupaban las cuatro paredes de una habitación, cabe hoy en un “memory stick” de dos pulgadas, y sobra espacio.

Lo cierto es que el progreso está arrollándolo todo, supuestamente para beneficio de la humanidad, pero a un precio demasiado alto.

¿Estamos en una carrera indetenible? ¿Se convertirán los libros en piezas de museo, más tarde o más temprano?
Mientras arribamos a una respuesta certera, disfrutemos la presencia del libro hasta el final.

Un final que a lo mejor no llega nunca.



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