José Báez Guerrero
Las críticas justificadas a cualquier funcionario son parte del mejor periodismo, que tristemente va siendo relegado por redes sociales y medios digitales con laxos criterios éticos.
La reiteración, o insistencia en un tema, permite al criticado alegar que sus faltas son señaladas como parte de campañas o afanes políticos u otros intereses.
Recuerdo cómo a un ministro de Obras Públicas que quería ser presidente le aconsejó un sagaz empresario que no construyera su mansión del este con Boteros y lujos sibaríticos. Ahora toca al actual, Deligne Ascensión, que su PRM “rinda tributo por su excelente trabajo y su honestidad”, como reacción a cuestionamientos en la prensa.
Es innegable que desde 2020 Obras Públicas ha inaugurado 527 obras y otras 150 se prevé que estarán listas este año. Ha realizado 933 licitaciones sin fallas demostrables ni impugnación.
Corresponde a sus relacionistas contrastar estos datos con las críticas por obras problemáticas, como la solución al caos del kilómetro 9 de la autopista Duarte o su lentísima reconstrucción hasta Santiago.
Quizás hay inconformidad por la inversión que Obras Públicas derrocha promoviendo personalmente a Deligne.
Son asuntos que debe ponderar cuando descanse en la magnífica nueva finca entre lomas cercanas a La Cuaba cuyos vecinos dicen que es suya, quizás sin intención malsana.
