Santo Domingo. La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) llamó a la población a apoyar a la Junta Central Electoral (JCE) y a elegir candidatos que sean honestos en la elecciones municipales que se celebran en el país el próximo domingo 18 de febrero.
En su carta pastoral titulada: “Tiempos de esperanza y responsabilidad”, con motivo del 180º aniversario de la Independencia Nacional, los obispos exhortaron a los dominicanos a prevenir las “dolorosas experiencias” de anteriores procesos electorales conflictivos que han perturbado el orden político, social y económico, así como la paz y progreso del país.
Los líderes de la Iglesia católica señalaron que participar en las elecciones es un deber y un derecho moral y cívico, así como apoyar propuestas que fomenten una verdadera agenda nacional.
En el documento los obispos expresaron que la Iglesia en la República Dominicana denuncia la práctica de algunos políticos de considerar a ciudadanos en situación de marginación como “medios para alcanzar y mantener el poder”; al tiempo que rechaza la corrupción manifestada en la “compra y venta de cédulas, una práctica deleznable que evade responsabilidades y permanece impune”.
Al referirse a los candidatos, los religiosos animan a evitar las campañas sucias, basadas en la intriga y
la calumnia, así como el derroche de recursos, ya que “el uso excesivo de publicidad pudiera reflejar
debilidad y desesperación de los aspirantes a cargos públicos que buscan ganar atención más por ruido
que por méritos propios o la calidad de sus programas”.
En ese mismo orden, los obispos en su mensaje explican que se requieren candidatos líderes, con
sobriedad, educación, sensatez, capacidad de gobernar, autenticidad y transparencia; así como,
candidatos creíbles que planifiquen, aúnen esfuerzos de los sectores público y privado y que motiven la
participación ciudadana para ejecutar proyectos que promuevan el desarrollo de todas las provincias.
Sobre los retos para las próximas autoridades, los prelados señalan la necesidad de fortalecer la familia,
facilitando el acceso a viviendas dignas con servicios básicos; el respeto a la vida en todas las situaciones
y etapas de su desarrollo; mayor atención a la salud, incluida la salud mental; y fortalecer el Consejo
Nacional de Educación para definir políticas educativas sostenibles.