Santo Domingo.– La Conferencia del Episcopado Dominicano (CED) expresó en su carta pastoral correspondiente al Día de la Altagracia, que la ambición desmedida de riquezas es la fuente que conduce a la explotación desproporcionada de los recursos naturales, y que el individualismo es la raíz de muchos males de la sociedad que destruyen la vida.
Ante la pobreza espiritual del hombre moderno, los prelados exhortan a abandonar el egoísmo y salir al encuentro del otro, a pasar del individualismo que divide a la comunión que unifica, a propiciar la creación de espacios para la participación equitativa de los bienes económicos en todos los niveles de la sociedad, colaborando con las autoridades, instituciones y personas en la búsqueda del bien común.
El Episcopado expresa que todas las personas son necesarias en la construcción de un mundo más justo, más humano y solidario, donde cada ser humano aporte desde el lugar donde se encuentre.
“Es el momento de restaurar la ética de la fraternidad y de la solidaridad”, donde nadie debería ser descartado con acciones que atenten contra la vida.
Indican que, al poner su oído y corazón del pueblo pueden escuchar las voces que claman por la solución de tantos males como la corrupción, la pobreza extrema, la falta de oportunidades, la falta de empleos dignos y la proliferación de la economía informal.