Momentos en que el nuncio Jude Thadeo Okolo ofrecía la misa que culminó con la emotiva interpretación instrumental de “Nabucco”, de Guissepe Verdi, preferida en vida del doctor Molina Morillo.
Santo Domingo.-Momentos antes de iniciarse la misa de cuerpo presente oficiada ayer al legendario fundador y director de EL DÍA, Rafael Molina Morillo, en la funeraria Blandino, pocos familiares y allegados que le daban un último adiós podían contener las lágrimas.
Al parecer afloró la debilidad que embarga a cada ser humano que se resiste a perder de manera definitiva, al menos físicamente, a un ser preciado como fue el laureado profesional.
Y mientras la impotencia emocional se adueñaba de quienes se aglutinaron en la Capilla A para rendir tributo al que en vida se desempeñó como abogado, periodista, escritor y diplomático, el Nuncio Apostólico del Papa, Jude Thaddeus Okolo, reveló las fortalezas que “adornaban al doctor Molina” y le daban firmeza en su oficio.
Evidenciando que le dejó claro que cada quien debe seguir trabajando con fe, sin importar quizás la extenuación que sienta por algún motivo, reveló por primera vez las impresiones y consejos que le dio el doctor Molina a su llegada al país, haciendo olvidar y hasta reir a los presentes, al recordar las críticas de la prensa cuando lo designaron en la Nunciatura y ofreció una misa en Capotillo.
“Me dice: tranquilo Señor Nuncito (jajaja.. usted conoce a la prensa) échele su manera amable y use la ternura; entonces Señor Nuncito esté tranquilo, todo pasa, Dios va a bendecir su misión en esta tierra, era la bendición que él me enviara a través del teléfono ”, narró como pidiéndole que perdonara a sus colegas en su nombre, ya que sabia perdonar a los que hieren y disfrutar de los que aman.
Ayer la eucaristía, en la quinta semana de Cuaresma, en que se refirió a la fe y la razón, dijo que le devolvía a Molina esa bendición que le echó.
Dijo que las personas tocan nuestras vidas y regalan lo mejor de sí, como Molina.
Remembró que trató a Molina en varios momentos y siempre era la misma persona.
Al referirse a fe y la razón,
dijo que don Rafael fue un hombre de razonamiento, buen escritor, un periodista ejemplo, diplomático, fundador de revista y sobre todo, un buen padre de familia, y de eso daba testimonio.
De ahí que entre el humanismo y la exigencia del trabajo tocó a todos, luchó hasta el final, trabajando lo que necesitaba hacer.
“Un día, hablando de la fe y la vida, le dije que porqué no toma un tiempo para descansar, y me dijo: estoy bien, más fuerte que usted (jajaja…) y tenía razón, porque seguía trabajando. De ahí que para él cada momento era oportuno para hacer el bien y vivir intensamente, que es hijo de Dios.
No daba impresión de ser fanático de la religión, pero con fe fuerte y cuando tenía que demostrarlo lo hacia”.
Mis Buenos días
Reveló que por tradición lee EL DÍA, y cuando lo recibe dejaba de lado la portada e iba directo a la columna “Mis Buenos días”, porque Molina era muy reflexivo.
Recordó una de sus últimas palabras (de forma interpretativa) en la que el Doctor le envió un mensaje al Presidente, aconsejándolo con dulzura como sí hablara a uno de sus hijos.
“Entonces le dice: haga eso, haga eso, si lo hace todo va a pasar bien”, quiso decir que el Doctor hizo su trabajo y dejó un legado a cada uno de los periodistas del país.