Renaldo Bodden
Rescaté un “chele” lo tiré para arriba y cayó “parao”, con ligera inclinación hacia el lado amarillo. Nadie, absolutamente nadie, puede hacer un análisis técnico y determinar que hay una ventaja amplia en la serie final Águilas-Licey.
Algo diferente es la simpatía.
Debe ser una serie larga, aunque, extrañamente, el historial de 19 enfrentamientos previos entre ambos sólo registra cuatro que se han ido al máximo, nunca a nueve juegos: 1952 (AC 4-3), 1984 (L 4-3), 2002 (L 4-3), 2005 (AC 4-3), parejos 2-2.
Nunca una serie final entre azules y amarillos ha resultado en barrida. Tampoco este año se espera un 5-0, salvo una sorpresa beisbolera.
De 125 juegos librados, Licey domina 64-61. Águilas y Licey se adjudican el 66 por ciento de las 62 coronas disputadas en la pelota dominicana: Licey (21), Águilas (20), Escogido (16), Estrellas (2), Toros (2) y Gigantes (1).
En el renglón dirigencial, Manny Acta busca convertirse en el primero en ganar como gerente y capataz en dos equipos diferentes, mientras Audo Vicente procura una tercera corona con tres clubes diferentes.
Nadie debe dudar que será la serie de más seguimiento histórico en los estadios, televisión, radio y redes sociales. El pleito está echado. ¡Nos pechamos!
