De manera que podemos decir confiadamente:
el Señor es mi ayudador; no temeré lo que me pueda hacer el hombre. Hebreos 13:6
Qué bueno que soy humano, pues es la condición exacta de conocer a Dios y a su Hijo Jesucristo. Todos los día ellos me muestran lo importante que es reconocer su grandeza y su señorío en mi vida.
En un mundo de mucha penuria humana, no hay nadie que puede inspirar más que Jesús.
Él da el ejemplo de mirar por la fe. Él es el autor, el capitán, y pionero de nuestra fe. Él es el consumador de la fe, porque Él es el único en el que la fe ha alcanzado su perfección. Solo Él es la fuente de nuestra esperanza y ayuda en tiempo de necesidad.
Charles Spurgeon dijo en un sermón la siguiente reflexión: “Yo puedo dar testimonio de que cuando estoy en abismos de dolor, nada va a hacer por mí, sino de Jesús solamente. ‘ … Me retiro a la ciudadela más íntima de nuestra santa fe, es decir, hasta el corazón de Cristo, cuando mi espíritu es asaltado por la tentación, o asediado por el dolor y la angustia.
Lo que es más, mi testimonio es que cada vez que tengo altos goces espirituales, goces ricos, celestial, siempre están conectados con Jesús solo…
El más sublime, el más embriagador, la más divina de todas las alegrías, deben ser encontrados en Jesús solamente…
Me parece que si quiero trabajar mucho, tengo que vivir sólo en Jesús, si yo deseo ufrir con paciencia, debo alimentar sólo en Jesús, si quiero luchar con Dios con éxito, debo defender a Jesús solo; si aspiro a conquistar el pecado, tengo que usar la sangre de Jesús solamente…”. Nunca dejes de creer en tu Dios.