Durante las navidades, millones de personas transforman sus rutinas y adornan sus hogares para reunirse con sus seres queridos. Sin embargo, esta festividad varía en función de la cultura, historia y creencias de cada lugar del mundo.
La publicación Condé Nast Traveler realizóun listado con algunas de las tradiciones más entrañables y curiosas para estas épocas. El equipo editorial de este medio recopiló experiencias personales y datos de color que demuestran cómo la Navidad trasciende las fronteras religiosas o geográficas.
1. Pollo frito de KFC como menú navideño (Japón)
En el archipiélñago de nipón no celebran la navidad con tradiciones cristianas, sino con el consumo masivo de pollo frito y pastel de fresas con nata. Todo comenzó en1974 cuando una campaña de KFC modificó la idea de consumir el pavo occidental.
Para evitar caos y largas filas, las familias reservan sus pedidos con antelación para Nochebuena.
2. La visita de la bruja Befana (Italia)
Cada 25 de diciembre los italianos adornan sus mesas navideñas con antipasti y asados abundantes, reflejando la variedad gastronómica del país europeo.
Las festividades se extienden hasta el 5 de enero cuando La Befana, figura folclórica, vuela sobre su escoba durante la Epifanía. Según la leyenda, ella busca al Niño Jesús y, en su camino, deja regalos y dulces en los calcetines de los jniños bien portados.
3. La celebración extendida del Hogmanay (Escocia)
En territorio escocés, la auténtica celebración comienza cuando concluye el día de Navidad. El Hogmanay, nombre que se da al recibimiento del Año Nuevo, supera en importancia a cualquier otra festividad invernal, y las celebraciones en las calles suelen prolongarse hasta altas horas de la noche.
Entre las costumbres más destacadas está el first footing (el “primer paso”). La tradición sostiene que la primera persona que atraviese la puerta de un hogar después de la medianoche marcará la fortuna del año venidero. Por ello, las visitas entre amigos incluyen presentes simbólicos —como whisky o carbón— destinados a atraer la buena suerte.
4. Almuerzos de mariscos, pavlova de postre y cricket en la playa (Australia)
La Navidad en Australia rompe con la imagen clásica de nieve y chimeneas, ya que se celebra en pleno verano del hemisferio sur. Las familias suelen reunirse para compartir platos de mariscos recién preparados, jamón servido frío y ensaladas refrescantes. Como broche dulce, la protagonista indiscutible es la Pavlova, un postre de merengue coronado con frutas de temporada.
Después de comer, la celebración suele trasladarse al patio o a la playa, donde es habitual jugar un partido de críquet, uno de los deportes más emblemáticos del país. Incluso Santa Claus se adapta al clima cálido y muchas veces se lo ve llegar a la costa en un bote de rescate, dispuesto a aprovechar las olas y el ambiente veraniego.
5. Surfistas disfrazados de Papá Noel (Sur de California, EE. UU.)
En la costa occidental de Estados Unidos, el ambiente surfista se mezcla con la celebración navideña de forma muy llamativa. En lugares como Manhattan Beach o Hermosa Beach, los residentes aprovechan el clima agradable de diciembre para acercarse al océano.
Allí, numerosos surfistas se meten al agua disfrazados con el clásico atuendo rojo y blanco de Santa Claus. Esta divertida tradición, conocida como Surfing Santas, reúne a muchos espectadores y une el deporte característico de la zona con un toque de humor festivo, dando lugar a una escena singular que se aleja por completo del típico paisaje invernal estadounidense.
6. El desfile del terrorífico Krampus (Austria)
Mientras en muchos lugares del mundo los niños solo cruzan los dedos para recibir regalos, Austria mantiene una curiosa mezcla de premios y sustos. Junto a San Nicolás aparece el Krampus, una criatura diabólica con cornamenta y una larga lengua que parece salida de un cuento oscuro.
En la noche del 5 de diciembre, conocida como Krampusnacht, este personaje recorre las calles haciendo sonar sus cadenas y provocando temores entre quienes no se portaron tan bien durante el año. El contraste entre el santo amable y su acompañante aterrador tiene raíces en viejas tradiciones alpinas, donde la Navidad también tiene su lado sombrío y divertido.
7. Cena de Nochebuena con dumplings caseros (Polonia)
La Wigilia, la Nochebuena polaca, destaca por su ambiente solemne y su cocina tradicional sin carne roja. El plato central son los pierogi, empanadillas hervidas de papa y queso que las familias preparan juntas. También se sirven bigos en versión vegetariana y pescado rebozado. Antes de cenar, todos comparten el opłatek, una oblea que simboliza buenos deseos y reconciliación.
8. Schrottwichteln, el intercambio de regalos basura o inútiles (Alemania)
El ingenio alemán se hace notar en el Schrottwichteln, una versión humorística del tradicional intercambio de regalos. En vez de adquirir presentes costosos, los participantes entregan objetos inútiles, estrafalarios o totalmente disparatados que encuentran en casa. La gracia está en divertirse y, de paso, liberar espacio deshaciéndose de trastos olvidados. Mientras más absurdo sea el obsequio, más memorable se vuelve la reunión.
9. Cantos en pubs y chapuzones en el mar (Inglaterra, Reino Unido)
En el Reino Unido, las tradiciones cambian de un rincón a otro, aunque el sentido de comunidad sigue siendo esencial. En Cornualles, por ejemplo, se celebra el Cornish shout, una reunión en el pub donde los vecinos entonan canciones marineras y populares con entusiasmo contagioso.
En contraste, en muchas zonas costeras se mantiene la costumbre del baño del Boxing Day (26 de diciembre): grupos de valientes se lanzan al agua gélida para despejar los excesos de la noche anterior y renovar energías. Esta zambullida final aporta un toque de aventura al cierre de las celebraciones navideñas.