Este martes por fuñésima vez el empresario y político (dizque izquierdista) Juan Hubieres, presidente de Fenatrano, forzará un paro o huelga en perjuicio de sus clientes dizque para reclamar del Gobierno mayores reducciones de precios en los combustibles.
La vieja maña se repite, e igual que siempre Hubieres alega que el transporte público de pasajeros será paralizado “pacíficamente”, excepto que si alguien osa desobedecer le ‘chuba’ sus turbas de maleantes y paleros.
Lejos de realmente procurar rebajas de los combustibles, la empresa Fenatrano trata de obligar al Gobierno a preservar el subsidio a falsos sindicatos y su control ilegal de rutas.
Maquillan sus intenciones alegando exigir también que acaben la corrupción y la impunidad. Pero, ¿incluirá eso la corrupción de impedir libre competencia a favor de los pasajeros?
¿O la impunidad de Hubieres y sus cómplices por secuestrar el transporte público onerosamente sin rendir cuentas? ¿Resisten análisis contable o auditoría las finanzas del sindicato de Hubieres según los artículos 363 y siguientes del Código de Trabajo? ¿Algún día imperará la ley?