Una de las grandes quejas del sector empresarial es que las universidades no forman según su requerimientos a los profesionales que ellos luego emplean en sus negocios.
Ciertamente esta es una preocupación legítima.
La pertinencia de la educación universitaria se define por su capacidad de satisfacer los requerimientos de los diferentes sectores de la sociedad y por supuesto, el sector privado es vital e importante.
Sin embargo, la función de la universidad y su posible vinculación con el sector empresarial no se limita a formar profesionales para que sean empleados. Una muy productiva relación es la que se establece sobre la base del desarrollo de soluciones científicas y tecnológicas que puedan convertirse en productos o servicios que se puedan comercializar.
Las universidades en las naciones más desarrolladas obtienen un promedio de treinta por ciento de sus ingresos por concepto de proyectos y licenciamientos basados en su producción científica y tecnológica. La alianza entre la universidad y la empresa se da también a este nivel de producción de bienestar económico. Por ejemplo, empresas como Google nacen en el contexto universitario y hay muchísimos casos emprendimiento exitosos construidos a partir del apoyo de la universidad por medio de incubadoras de negocios y diversos instrumentos de apoyo a la innovación.
Para lograr esta vinculación se crean oficinas de transferencia tecnológica en las universidades que dialogan con las empresas y establecen las alianzas para poner a producir los desarrollos e investigaciones de la academia.
En nuestro país es importante definir estrategias claras y de fomento de este tipo de vinculación universidad – empresa. La academia siempre ha sido la fuente más importante de innovación en todas las sociedades.
La universidad dominicana debe seguir el camino de la producción de conocimiento con enfoque social y empresarial.