SANTO DOMINGO.-Conseguir un contrato récord por seis años y US$43 millones el pasado 22 de marzo, sin haber cogido un turno en las Mayores, y estar en la alineación el día de apertura con los Medias Blancas de Chicago son momentos inolvidables para el novato dominicano Eloy Jiménez.

“Todo pasó tan rápido que por momentos pensaba que todo era un sueño y que no era verdad que estuviese sucediendo”, aseguró Jiménez, quien inició la campaña como el tercer mejor prospecto de las Grandes Ligas.

Emotividad

Jiménez reveló que lo más difícil que ha vivido en los primeros días en las Mayores es controlar su nivel de ansiedad en hacer las cosas bien, siendo una de las razones para presentar un lento inicio con promedio de .231 ( 78-18), con dos dobles, tres jonrones, ocho carreras empujadas y seis anotadas en 20 juegos esta temporada. “Realmente la ansiedad me ha afectado más que los píchers contrarios.

Sé que debo retomar mi ritmo y hacer las cosas como siempre las he hecho y se verán los resultados”. dijo Jiménez.

Explicó que tampoco le mortifica empezar lento, debido a que durante su carrera siempre inicia así. “Sé que es una temporada larga y un primer mes lento no significa nada, porque todavía faltan cinco más”, adelantó Eloy.

Reconoció que en la temporada hay muchas etapas altas y bajas. “En este momento estoy en una etapa de adaptación y reconocimiento de los píchers, la zona de ‘strikes’, que es muy diferentes a lo que ví en las Menores”, sostuvo Jiménez.

Compañía latina

Eloy resaltó el gran apoyo de los jugadores veteranos en los Medias Blancas, sobresaliendo los otros siete dominicanos, quienes le hacen su estadía más fácil.

“Es grandioso tener en el mismo clubhouse a Leury García, quien está conmigo en los jardines; el receptor Wellington Castillo, y los píchers Iván Nova, Alex Colomé, Kelvin Herrera, Ervin Santana, Reynaldo López, y siete latinos más”, valoró Eloy.

Ser especial

Jiménez está en el país debido al deceso de su abuela paterna Flora Altagracia Sánchez, quien falleció a los 74 años de edad.

Jiménez definió a su abuela como un gran soporte desde su nacimiento. “Nuestra abuela siempre se mantuvo muy atenta a nosotros desde niños. Se la encomendamos a Dios para que la coloque en el buen lugar que le corresponde”, dijo Jiménez.