Los símbolos, la cultura, las tradiciones y la fe, reflejada esta en un sistema de principios y creencias, místicos y religiosos, son los elementos que integran el acerbo de un pueblo y son indicativos de sus valores, principios y tradicciones.
A pesar del paso de los días, todavía muchos seguimos impactados, tras el incendio ocurrido el lunes 15 de abril en la Catedral de Notre Dame de París, dejando bastante afectada parte de la estructura.
Es un ‘shock’ del que no salimos, pues se trata de un monumento visitado por unos 13 millones de personas al año. Tanto que a pocas horas de lo ocurrido comenzaron los planes para su reconstrucción, asegurándose 1 billón de dólares para estos fines.
El primer paso será evaluar los daños, lo que determinará el tiempo de duración de la reconstrucción, que podría prolongarse por mucho tiempo por la labor a mano que hay que hacer con las piedras que soportan la estructura.
Notre Dame es un símbolo del catolicismo, de la historia francesa y de la cultura universal. Es visto como un monumento vivo en la historia de la humanidad.
Los franceses están confiados en que Notre Dame saldrá airosa y, sin importar el tiempo que tome, será reconstruida.
Pasada la Semana Santa, siempre será necesario detenernos. El mundo católico recordaba en la semana de lo ocurrido en la Pascua, muerte y resurrección de Jesucristo. Un templo de esa magnitud se ha incendiado, en un mundo que corre y que se diluye en individualismos exacerbados.
Esto puede llamarnos a la comunidad.
Retomar y reforzar los valores cristianos, de generosidad, paz, amor, esperanza, justicia y solidaridad, que pueden ser tomados para construir un mundo mejor, capaz de mantener, conservar y restaurar, no solo nuestros monumentos, sino también los valores sociales, culturales y religiosos.
Como el ave fénix podemos renacer de nuestras propias cenizas.
Debemos ser capaces de aceptar pérdidas, inclusive totales, sin que ello detenga nuestros pasos. Quizás esta desgracia material, cultural e histórica nos puede ayudar a reflexionar para poder revitalizarnos siempre y darle valor a lo que somos y a lo que debemos preservar. ¡France, nous sommes avec vous!