Sin duda, han sido unas semanas muy interesantes. Aquí les cuento un poco de lo que he vivido y de lo que viven muchos otros, que al igual que yo, representan nuestro país como miembros del Servicio Exterior. Será un relato light, pues al final es la mejor forma de tomar las cosas.
Para abreviar, comencemos cuando se te informa que estas nombrado, cualquiera pensaría que es irse a tomar posesión y punto; pues no, hay un agujero negro (LOL) que es el de la Consultoría Jurídica del Poder Ejecutivo a Recursos Humanos del Ministerio de Relaciones Exteriores, superado eso, puedes comenzar a preparar tu partida al lugar donde laborarás.
Desde ya hace un tiempo es obligatorio tomar un curso de actualización para funcionarios designados en el exterior. El mismo dura unas tres semanas, ahora bien, ese curso no es semanal, sino que hay que esperar que esté agendado para iniciar, en mi caso esperé unos dos meses.
Fue una experiencia edificante e interesante, muchas caras nuevas y mucha gente que ha dado su vida por Cancillería, a ellos todo mi respeto, así como a los que conforman la Escuela Diplomática.
Luego de la primera semana de curso, se expide una certificación que te permite conseguir el pasaporte de categoría, ya sea diplomático u oficial dependiendo de la posición en que hayas sido designado.
En el departamento encargado de emitir los pasaportes hay un ángel, la embajadora Rosangela Batlle, esta hace maravillas dentro de un espacio limitado y con viejos equipos. A ella todo mi reconocimiento, sobre todo porque tuve que tomarme las fotos en 4 ocasiones, y en la que salió bien, salí como un loco, pero amen.
Paralelamente, debes solicitar la visa específica para el país donde estás asignado, y ya se imaginan lo que es llenar esos formularios, creo que tengo mas canas.
Además de obtener el documento de viaje antes mencionado, hay también que llevar una serie de documentos a Recursos Humanos. Ahí me encontré con Samil Rodríguez, dinámico y atento, que me ayudó con la “recua” de requisitos (cédula, hoja de vida, abrir una cuenta, etc.).
En adición, debes solicitar los pasajes y recursos para tu viaje de toma de posesión. De esto se encarga la parte administrativa, donde un honesto y buen amigo, Roberto Rubio, viceministro del área, trabaja como abejita y moderniza los procesos para que sean más ágiles.
Otro de los aspectos vitales que se aborda es el de la declaración jurada, me encantó que me pusieran a firmar un documento donde me comprometo a conducirme con absoluta pulcritud, en adición a otorgar un plazo para hacer la declaración jurada de bienes. Debo dar fe de lo diligente del personal de la Cámara de Cuentas.
Así pues, llegas a un punto donde te pones en condiciones de poder viajar, ojo, que por lo narrado llegar a este punto te tomará siempre semanas.
En la próxima entrega de notas del cónsul, detallaré los procesos al llegar a tu lugar de destino.