Les juro que me gustaría tratar a diario, temas que contribuyan sobremanera al desarrollo del deporte .
Sin embargo, una sociedad donde no se respeta a los muertos y se saquea a los heridos, va camino a la desintegración y no merece definirse como civilizada.
¿Qué puede esperar un ciudadano de un país que tras sufrir un accidente de tránsito u otro de cualquier naturaleza es robado y dejado morir?
Es una situación que lamentablemente se ha hecho práctica común en nuestras calles y carreteras, al extremo de que en algunos puntos, vándalos, en las narices de las autoridades, provocan los accidentes, mediante métodos terroristas, para desvalijar a los ocupantes de vehículos.
En Villa Altagracia, en un tramo de la autopista Duarte, esa era y tengo informes de que está regresando, una acción cotidiana.
¿Pero dónde diablos es que vivimos? ¿Hacia dónde vamos? Ante acciones como estas, ¿qué pueden esperar las presentes y futuras generaciones?
Que al lanzador Yordano Ventura le haya ocurrido esto el pasado domingo, no sorprende, aunque es una muestra de que esta sociedad, aunque todavía tiene mucha gente buena, está cayendo en un camino indeseable y azaroso.
Los informes indican que Yordano, tras la volcadura, no murió de inmediato, y que herido de gravedad, en vez de llamar una ambulancia o trasladarlo a un centro hospitalario, se dedicaron a desvalijarlo de cualquier cosa que entendían de algún valor.
Las autoridades están en el debor ineludible de realizar una investigación a fondo sobre este caso, y que a los responsables de esta barbaridades se les aplique todo el peso de la ley, porque casos de esta envergadura deben ser castigados con ejemplaridad, para que a nadie más se le ocurra hacer algo semejante.