En la mayoría de los países desarrollados del mundo, se estila que los grandes estadios donde se practican deportes profesionales tienen nombres comerciales, como una forma de obtener grandes beneficios económicos.
Todavía en la República Dominicana, la Liga de Béisbol Profesional, dado que los estadios no son propiedad, sino que pertenecen al Estado, no han podido realizar ese tipo de movimiento.
Hoy en día, se busca que se “bautice”, tal como ha sido la tradición, al estadio Cibao, con el nombre de uno de los jugadores más carismáticos que han pasado por las filas de las Águilas.
Entre los nombres más sonados están el de Winston Chilote Llenas, Miguel Diloné, Tony Peña y Luis Polonia.
Todos han tenido un historial de primer nivel en las filas de ese conjunto, por lo que sería una tarea bastante difícil.
Ante esa disyuntiva, si fuese directivo de las Águilas, sería buscar la forma de comercializar el nombre de esa instalación, para así evitar “ronchas” entre los que queden marginados, y de paso ,lograr grandes beneficios económicos.
Esa es una tarea que de solo plantearla, sin ninguna duda, origina inconvenientes en las mentes subdesarrolladas tanto dentro y fuera del béisbol.
Si esto se lograra, sería un alivio para el propio Estado, porque se le podría exigir a los propietarios de equipos, que el dinero que se obtenga por el patrocinio por la venta del nombre, se utilice única y exclusivamente para el mantenimiento y reparación de los estadios, en los que los gobiernos tienen que invertir muchos millones en reparaciones, antes del comienzo de cada temporada.
Y definitivamente, eso no debe continuar, porque el béisbol profesional es un negocio privado y bastante rentable.