David Alvarez
He leido con atención el editorial de Don Rafael Molina Morillo sobre el tema de los cambios de nombres de nuestras avenidas y plazas.
Hay varios problemas envueltos. Uno, que hay nombres de servidores de Trujillo y figuras extranjeras que no merecen ser honradas por el pueblo dominicano. Otro que muchos nombres son mal escritos por la falta de una correcta política de señalética en el país.
Por último muchos nombres son puestos por tontos regidores o síndicos populistas que destacan más su nombre que el de la calle. Washington y Lincoln tienes meritos polítcos para figuar en las calles dominicana, Kennedy no, por ser un golpista contra nuestro pueblo.
A Churchill no le corresponde ningún honor que merezca reconocerle el pueblo dominicano, fue una denominación de lambonerismo.
Los reconocimientos a Cristobal Colón son una terrible ofensa a nuestro primeros habitantes. Cada calle, cada plaza, cada escuela, debe ser denominada para que todo joven o niño, cada adulto o extranjero, descubra los valores que hacen noble a todo ser humano y digno el pueblo que lo ha denominado. Y educar mediante placas que señalen los motivos para tener ese nombre.
La Avenida Jimenez Moya debería llegar a la Kennedy, la Av. Kennedy debería llamarse Profesor Juan Bosch o José Francisco Peña Gómez.
Faltan avenidas Tousaint Louverture y Nelson Mandela. Calles importantes honrando a los grandes libertadores de todo el mundo, como Ho Chi Minh, Lenin o Sandino. Son más que nombres, son símbolos.
