Nobleza obliga

Nobleza obliga

Nobleza obliga

Rafael Molina Morillo, director de El Día

 

En esta misma columna decíamos recientemente que la Organización de Estados Americanos (OEA) debía pedir públicamente perdón a la República Dominicana por haber invadido militarmente su territorio en 1965, prestando su nombre para que una supuesta Fuerza Interamericana de Paz integrada por efectivos de los Estados Unidos cometieran tan brutal atropello.

Reforzábamos tal pedido aprovechando la presencia en el país del Secretario Generalde la OEA y citamos, como precedentes justificativos, varios casos históricos de perdón por abusos cometidos en diversas ocasiones de la Historia. Planteábamos, además, que la presentación de disculpas era oportuna antes de que se celebrara en Santo Domingo, como está previsto, una Asamblea con la participación de todos los países americanos.

Durante el día de ayer estuvo en el país el secretario general de la OEA, Luis Almagro, quien, entre otras cosas, afirmó que fue un acto nefasto en la historia de la OEA la referida invasión militar.
El señor Almagro no es la OEA, pero sí su máximo representante y, si bien sus palabras no pueden ser tomadas como dichas por la organización que él encabeza, son, en cierto modo, una especie de aceptación de culpas.

Así, por lo menos, lo interpretamos nosotros. Y así lo aceptamos con beneplácito.



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