Renaldo Bodden
Solo por cultura general nadie debe retraerse al bombardeo provocado por el pleito Floyd Mayweather-Manny Pacquiao.
Lamentable -o afortunadamente- que casi todas las reseñas que llegan tengan que ver con aspectos puramente económicos.
Tanto así que por primera vez hoy se estará cobrando para presenciar el pesaje de los púgiles a razón de 10 dólares.
Y se reportó que el réferi, Kenny Bayless, ganará unos 25 mil dólares y los tres jueces, 20 mil de los verdosos cada uno.
Floyd ganará 150 millones y Manny 100, mal contados, sin incluir el PPV (pay per view o pagar para ver), el más caro de la historia. Impresiona que una pelea entre dos “ancianitos” sea capaz de generar la atención mundial fruto de una gran descarga mediática.
Las apuestas siempre han sido un gran componente en las grandes peleas, al extremo de que son capaces de contaminar los resultados.
Y, por ello, a veces la revancha está firmada antes que la pelea titular. Los análisis técnicos han estado rezagados.
Con el respeto a los amantes del boxeo, se nota que no aprecio la disciplina, primero por deshumanizada y segundo por poco transparente. Así, prometo no ver la pelea, esperaré que un amigo me la cuente. Ojalá que no me tenga que relatar un ¡no más!
