Mayra de Peña
En nuestro diario vivir el temor es el gran enemigo, el miedo no nos deja avanzar, miedo a perder lo que tenemos, a fracasar, a quedar en ridículo, miedo de amar y que nos decepcionen, la incertidumbre nos agobia y nos quita la paz y por ende la alegría.
En Deuteronomio cap. 31 en la Biblia, Moisés tiene la gran encomienda de depositar sobre los hombros de Josué el guiar al pueblo de Israel a tomar posesión de la Tierra Prometida. Me imagino los miedos de Josué ya que toda la vida se la había pasado bajo la mirada sabia y protectora de Moisés y aunque era un varón de Dios, vislumbro que se preguntaba si Dios estaría con él, cara a cara como lo había estado con Moisés.
Dirigir a un pueblo como el de Israel con sus 12 tribus definitivamente era un reto, pero no solo Josué tenía miedo al futuro, el pueblo de Israel también, y he aquí donde siempre afirmo que Dios es un Dios de detalles…Moisés pronunció justo las palabras con poder que Josué y el pueblo de Israel necesitaban: ¨Jehová tu Dios, él pasa delante de ti; él destruirá a estas naciones delante de ti, y las heredarás; Josué será el que pasará delante de ti .Y los entregará Jehová delante de vosotros, y haréis con ellos conforme a todo lo que os he mandado. Esforzaos y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos, porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te desamparará.
Y a Josué le recalcó ¨Esfuérzate y anímate; porque tú entrarás con este pueblo a la tierra que juró Jehová a sus padres que les daría, y tú se la harás heredar. Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides¨.
La Palabra nos enseña a no temer y a confiar en el que todo lo puede. Nosotros parecemos como caballos sin frenos, y el que se nos ponga por delante no los llevamos de encuentro, sin importar quién o que sea, esto en la búsqueda constante de lo que deseamos, o para que no nos quiten lo que tenemos y nos cegamos olvidando los valores y la ética con tal de mantenernos y/o avanzar, según nuestro propio criterio.
El miedo nos está aniquilando, hemos puesto nuestros ojos en lo que vemos y tenemos. Confiamos en nuestros instintos y en lo que imaginamos y hemos olvidado de que solo cuando confiamos en Dios y nos esforzamos por hacer las cosas como El nos instruye, tendremos asegurado la victoria de manera permanente.
Muchas veces cuando nos ufanamos de ser victoriosos, de repente viene la caída estrepitosa y como no hemos contado con Dios, sencillamente su ayuda no es una alternativa, pues ni le conocemos ni se la pedimos.
Roguemos a Dios que nos enseñe a confiar en él y nos quite el miedo al futuro, no importa cuán difícil pueda ser nuestra situación…enfermedad, pérdidas, tristezas, desesperanza, frustración, soledad, incertidumbre con nuestros empleos…pidamos a Dios que nos hablé como a Josué…de hecho nos está hablando en este momento…El nos dice que no temamos, ni nos dejemos intimidar…pues está con nosotros!!
