El Banco Central de Venezuela (BCV), según informaciones de prensa, no le pagó un préstamo garantizado con oro al Citibank y este tomo el control del metal y procederá a venderlo para cobrar la deuda.
El BCV antes del 11 de marzo tenía que pagar 1,100 millones de dólares al banco norteamericano; no lo hizo y adiós al oro de los venezolanos.
Y hay noticias peores. Según un informe del Instituto Casla de Praga, en lo que va de 2019 hay denuncias por 40 casos de torturas y ocho muertes.
Esta organización experta en América Latina ha presentado a la Corte Penal Internacional unos 600 casos de tortura atribuidos al régimen chavista que encabeza Nicolás Maduro.
Mientras tanto, la expresidenta chilena Michelle Bachelet, comisionada de la ONU para los Derechos Humanos –siempre con un puesto reservado- consideró una “medida positiva” que a una comisión de expertos de su oficina se le haya permitido entrar a Venezuela para investigar “in situ” sobre el tema de los DDHH.
Que Maduro los deje entrar así nomás ya es para desconfiar.
Dice Bachellet que ella pidió a Maduro que garantice a los expertos el “acceso total y sin restricciones” a los lugares y a las personas que elijan, sin represalias para los entrevistados.
Primera cosa, ¿cree Bachelet que llegado el caso no habrá represalias contra aquellos que cuenten lo que realmente ocurre en Venezuela? Si cree eso, es muy ingenua, o se hace.
Hay decenas y decenas de antecedentes sobre cómo les va a aquellos que desobedecen o hablan en contra del régimen. Salvo -eso sí- que los delegados de Bachelet solo entrevisten a los que hablan a favor de Maduro y, por supuesto, “del diálogo y el efecto negativo de las sanciones” y accedan a aquellos lugares que ya les tenían preparados e indicados de antemano.
Es de esperar que no sea así, pero no hay que olvidar que la expresidenta socialista ha sido renuente y ha necesitado algún “empujón” para apurarla con el tema Venezuela.
Sus declaraciones, incluso, son algo inquietantes, ha reconocido que en Venezuela hay una crisis humanitaria y de todo tipo, pero a la vez ha señalado que en ello han incidido y no ayudan las sanciones.
Como que se afilia a la tesis del embargo o del bloqueo, ignorando olímpicamente que esta situación se arrastra desde hace muchos años y que las “sanciones” se aplican desde hace no más de un año y ya como medida extrema para presionar a la dictadura.
¿No lo sabía eso Bachelet? ¿No sabía que en ese arrastre de años, a Maduro le han ayudado mucho los partidarios del diálogo, como Rodríguez Zapatero, el papa Francisco, los gobiernos de Uruguay y México ahora con AMLO? ¿ Se va a sumar a esas voces?