El país estará este fin de semana, y es muy probable que un poco más allá, enfocado por completo en las elecciones municipales del domingo, que aunque han sido las más insulsas y faltas de propuestas, tendrán por gravedad, un gran impacto en las presidenciales y congresuales, programadas para mayo próximo.
Soy reiterativo en que, a pesar de la importancia que tiene el deporte en todo el espectro social, ninguno de los candidatos realizó durante el transcurso de la campaña, propuestas sobre los planes en ese sector.
Ese olvido total sobre planes en el deporte no es nuevo, ya que históricamente los políticos no le han dado la debida importancia por ser una masa totalmente disgregada, que no muestra músculos ni fortaleza en lo electoral.
A pesar de que ese olvido es una realidad que ha imperado por años, hay que mantener la esperanza, la ilusión y el optimismo de que esa visión limitada de la mayoría de los políticos sobre la importancia e incidencia del deporte en las sociedades, pudiera pronto dar un giro de 180 grados.
También hay que advertir a los dirigentes de ligas, clubes, asociaciones y federaciones, y a la cúpula olímpica, que si no unen fuerzas y conforman un bloque monolítico que represente a los deportistas ante los partidos políticos seguirán siendo ignorados por completo.
Unir criterios también será una tarea difícil, si tomamos en consideración que los dirigentes deportivos están centrados en la defensa de sus intereses personales, y por ello, han estado inmersos en luchas fratricidas y desgarradoras, como la que desde hace unos meses observamos en el seno del Comité Ejecutivo del Comité Olímpico, situación que, lamentablemente, solo crea desconfianza y desesperanza sobre el presente y futuro del deporte nacional.