Imagínate que tienes una hermana que vive sola y hay un señor muy poderoso y malo que siempre ha intentado secuestrarla para “amarla como ella se merece”, para colmo, el sistema de justicia de tu país no es eficiente, por lo que tú y tus amigos han decidido protegerla con sus propias vidas si es necesario e inician una lucha permanente por cuidarla. Esto te suena, ¿cierto?
Desde niña tuve la oportunidad de compartir con mis primos a través de unos videojuegos de carros y obstáculos con el único fin de conquistar mundos, ganar puntos y rescatar una princesa de las garras del malo de la historia. Me confieso fanática de los hermanos italianos, ha sido tan exorbitante el éxito de esta cinta que han recaudado miles de millones de dólares a nivel mundial y recientemente salió su película, la cual califico como excelente porque no se perdió ningún detalle de los mundos que componen estos juegos y tampoco se intentó adaptar la historia a los temas mediáticos de los nuevos tiempos.
En medio de la película ya mencionada (alerta spoiler), el malo le compone una hermosa canción a la princesa, donde manifiesta su obsesión por ella y su deseo de tenerla a su lado sin importar las consecuencias, de hecho, secuestra el hermano de un personaje que acompaña a la mujer y lo hace por simples celos, lo que vuelve la trama muy interesante, porque hasta planifica una boda sin el consentimiento de ella y cuando la princesa decide no casarse, él la ataca. Esta historia es súper romántica, ¿no?
En las diferentes redes sociales veo muchas mujeres que le piden a la vida un hombre que se obsesione con ellas como el malo de la película, sin pensar en las consecuencias que esta problemática acarrea.
Las expresiones de amor de una persona hacia otra deben ser de mutuo acuerdo, de forma sana y en libertad, respetando las normas sociales y los sentimientos del futuro compañero, nadie que limite tus acciones y quiera tenerte aislada de los tuyos es él o la candidata ideal para ser tu pareja, aunque por fuera eso se vea “chulo”, las estadísticas de maltrato y muerte de mujeres a manos de sus conyugues dicen lo contrario.
El tipo de violencia que el malo de la película practica es la que conocemos como violencia psicológica, que es aquella donde no se visualizan agresiones físicas, pero el agresor es el que humilla, amenaza, controla, insulta y chantajea a su víctima por el simple hecho de mantenerla a su lado.
Es por eso que me preocupa la actitud de muchas mujeres hacia el personaje que les estoy mencionando, pero entiendo que tenemos derecho a equivocarnos, porque lo que él hace es de todo menos amor, porque el que ama no lastima.
Así que invito a las mujeres a desear cosas buenas y amores sanos, ya que, también es nuestra responsabilidad cambiar la cultura patriarcal que nos agobia y a identificar a tiempo cuando un amor nos puede hacer daño. Nadie es propiedad de la otra persona, la violencia es real y está acabando con nuestras mujeres a nivel mundial.
Si crees que estás siendo víctima de violencia de género, busca ayuda con tu círculo de apoyo; tus padres y demás familiares, ve a tu fiscalía más cercana y en el caso de la República Dominicana, puedes llamar al 911 o al *212 desde cualquier teléfono (sin cargos), hay 15 Casas de Acogida que esperan salvar tu vida y la de tus hijos.
¡Juntas venceremos la violencia!
Nota: Este artículo no se realizó con la intención de criticar la película, solo que no podemos permitir que la sociedad tome partes de una producción artísticas para normalizar y promover conductas antisociales que representan problemáticas que afectan los grupos de personas más vulnerables.