Los senadores prefieren llamarle «fondos de asistencia social”, pero el pueblo sabio lo bautizó como el “barrilito”.
Por este concepto, cada senador recibe un monto base fijo de 400,000 pesos mensual más un peso por cada elector registrado en su provincia.
Los que menos reciben alcanzan hasta los RD$619 mil cada mes. Los senadores del Distrito Nacional, Santo Domingo, Santiago y San Cristóbal tienen «derecho» a recibir un «cofrecito» de más de un millón de pesos todos los meses, sin tener la obligación de rendirle cuentas a nadie de cómo lo distribuyeron.
El argumento es que cada senador usa esos fondos para repartir ayudas entre la gente pobre de su comunidad, canastillas a embarazadas, ataúdes, sillas de rueda, dinero en efectivo y otras migajas por el estilo. Pero nadie sabe qué cantidad de ese dinero se embolsillan los honorables senadores.
Aunque mal visto, esta práctica había sido “tolerada por la sociedad” dominicana.
Sin embargo, ante un crisis sin precedentes como la que vive el país debido a la pandemia del coronavirus, en la que miles -quizás millones- de dominicanos verán menguado sus ingresos, decenas de miles perderán o ya perdieron sus empleos, y miles de esos que ahora llaman emprendedores han ido a la quiebra a causa de la parálisis económica, no hay forma de justificarlo. Y por eso son cada vez más los sectores que demandan la eliminación de privilegios irritantes como el barrilito (y el cofrecito de los diputados).
Vale destacar que solo por el denominado barrilito, los 32 senadores recibirían cada mes 20 millones de pesos, 240 millones al año, lo cual equivale a 960 millones en cuatro años, sin contar salarios y otros beneficios y privilegios como dos exoneraciones para importar vehículos, pago de chofer, combustible, teléfono y dietas. Un abuso.
Hasta ahora solo dos senadores se han negado a recibirlo: Eduardo Estrella y Antonio Taveras Guzmán.
En la Cámara Baja también han renunciado al cofrecito los diputados José Horacio Rodríguez, Pedro Martínez y Juan Dionicio Rodríguez Restituyo. Un avance, pero no es suficiente.
Desde luego, tampoco no ha faltado uno que otro senador que diga «si no lo quieren que me lo entreguen a mí, para yo repartirlo, que mi provincia está llena de gente pobre”.
El presidente Abinader dio un buen ejemplo al decidir donar su salario de 23.4 millones menos impuestos en cuatro años.
Lo correcto sería que legisladores, alcaldes, ministros y funcionarios de instituciones autónomas se rebajen sus sueldos al menos durante el año 2021.
Desde esta página, y reconociendo que soy un lego en la materia, insto al presidente a buscar la asesoría de buenos abogados para declarar inconstitucional el barrilito y demás privilegios.
El PRM, desde la oposición, fue un crítico tenaz del barrilito. Ahora que tiene mayoría en el Congreso debería ser coherente e imponer su eliminación para siempre.
De igual modo se debería obligar a los pasados legisladores a que devuelvan por lo menos la mitad de los fondos que recibieron a través del barrilito.
Lamentablemente, para esto hace falta un poco más de desarrollo, mientras tanto, no nos cansemos de exigir la eliminemos el barrilito inmoral.