Charles Chaplin, actor, compositor, director y escritor británico, dijo que “no hay nada permanente en este malvado mundo, ni siquiera nuestros problemas”.
El consejo resulta válido en esta época en que el relativismo, es decir, la tendencia de acomodar a nosotros mismos lo que nos conviene, se ubica en su máxima expresión.
Acomodar las cosas a nuestro favor también tiene límites y, a veces, resulta en una ruleta rusa, porque, ciertamente, no hay nada permanente en el mundo.