Magnolia Gómez junto a dos de sus nietos, su nuera María De los Santos y la abuela de esta en la parte de atrás. Elieser tapia
SANTO DOMINGO.- Tres nietos, cuatro bisnietos y la nuera de Magnolia Gómez, residente del empobrecido sector la Casita en la comunidad de San Luis, nunca han sido inscritos en el registro civil.
Condición que ha incidido en la multiplicación de la miseria en la que viven, su no participación en los planes sociales del gobierno, el abandono de los estudios por parte de los más jóvenes y la carencia de un seguro de salud.
Nadie los emplea, viven de la caridad del director del centro de estudios de la comunidad al que solo identifican como Eloy, quien les brinda de la comida que llega a la escuela; viven, además, de recoger basura, limpiar patios y hacer planchados.
El agravamiento
El punto de giro de la historia de esta familia ocurrió en 2014, cuando una hija de Magnolia, Nicaury Rosario, perdió la vida en un accidente de tránsito en Ocoa, junto a su pareja de nombre Sammy.
En ese viaje iba también su hijo, cuyo nombre no suministró, quien pese a sobrevivir quedó con lagunas mentales que le ocasionan episodios de ira con frecuencia y que, al referirse a él, hace la seña del dedo que gira en torno a la cabeza.
El saldo del accidente quedó entonces con dos hijos de Nicaury huérfanos de padre y madre y sin haber sido declarados.
“Cada vez que he intentado resolver para declarar a mis nietos, me decían que tenía que ir a Ocoa. Mi hija todavía no aparece como muerta”, dice Gómez.
Teme que los vástagos de la joven fallecida, una pareja, de dieciocho años el varón, y dieciséis la hembra, pierdan sus años productivos sin haber alcanzado nada en la vida.
Sammy Junior dejó la escuela porque no podía retener las clases tras quejarse de pasar hambre. Trabaja en una gomera.
Nicol, su hermana, todavía cursa el segundo de bachillerato pero se le hace cada vez más difícil lograr la inscripción, pues no tiene acta de nacimiento.
La nuera de Manolia, Luz María De los Santos junto a su hermana de nombre Evelyn, tampoco tienen documentación.
De los Santos quedó huérfana a los 11 años y se embarazó a los diecisiete.
Tiene cuatro hijos. Dos de una relación anterior y dos con el hijo de Magnolia que sobrevivió al accidente aquel. Viven en la reducida casa de su suegra, compartiendo cuarto con cuatro hijos y pareja.
Al frente y en la misma habitación, reposa su abuela, una anciana de 65 años en una cama improvisada.
De los Santos tiene 28 años de edad, nunca ha trabajado y está convencida de que su vida “ya no sirve para nada”. “Nunca me dejaron estudiar porque no tenía papeles y ahora a mis hijos les va a pasar lo mismo que a mí, que no llegué a nada en la vida.
Yo lo que quiero es que ellos puedan estudiar y yo trabajar por mis propios medios para darle una casita a mis hijos”, asegura entre lágrimas.
Problema viejo
El subregistro civil es un problema ancestral en República Dominicana. La historia de la familia de Magnolia no es más que un reflejo de lo que viven miles de dominicanos con situación parecida.
La respuesta de la Junta Central Electoral (JCE) a la problemática fue la creación de un dirección interna (Unidad Central de Declaraciones Tardías de Nacimiento) que según sus registros, en lo que va de año han sido declarados tardíamente poco más de 12,595 personas. Entre 2018 y 2021, fueron registradas 133,268 personas.
El pasado año, la JCE firmó un acuerdo interinstitucional con varias entidades del Estado para, entre otras cosas, alcanzar a todos los que no pudieron ser declarados en el 2020 por la incidencia de las medidas tomadas en la pandemia.
Inscripción paralela
Organizaciones y personalidades de la sociedad civil (como monseñor Dolores, obispo emérito de la Diócesis de San Juan de la Maguana) han realizado en su momento programas de declaraciones tardías en las comunidades.
Actualmente el Ejecutivo, vía la Dirección General de Proyectos Estratégicos y Especiales de la Presidencia, hacen lo propio en jornadas sociales, algo que no es muy bien valorado por la miembro titular del pleno de la JCE, Dolores Fernández. “El Registro Civil no pertenece a ninguna de esas instituciones.
El Registro Civil es la Junta que funge como guardián y quien tiene que diseñar las políticas públicas, para esos operativos”.
Una propuesta de modificación de la Ley de Registro Civil reposa en el Congreso con la que se busca actualizar el marco jurídico que le sostiene.
— Contacto
Si desea colaborar con la familia de Magnolia, ya sea asistiéndole en lograr su documentación o en temas materiales, llámele a los números 809-492-6707 y 829-631-4115.