No es suficiente

No es suficiente

No es suficiente

El rostro más triste de la República Dominicana contemporánea es el de los niños que a fuerza de ver a sus padres, han aprendido a ser mercancía del clientelismo político.

La pobreza no solo se ha convertido en un negocio para los políticos voraces, sino para los mismos marginados, quienes han desarrollado un estilo de vida basado en la subsistencia a partir de las supuestas oportunidades que se puedan presentar en nombre de los objetivos de una campaña política.

Hace unas semanas me tocó testificar cómo unos menores entre 6 y 14 años fingían pena, mentían y reclamaban recibir más de lo que les correspondía dentro de una actividad realizada por  una Fundación en un barrio de esta capital.

Los padres le daban por lo bajo instrucciones a sus hijos y ellos se acercaban a los trabajadores sociales a ejecutar lo instruido, evidenciando durante la conducta las mañas aprendidas a partir de participar en los eventos político clientelista que con frecuencia se realizan en este Sector.

Los líderes comunitarios de la zona también tejían su red, esperando el momento de capitalizar de cualquier manera posible el momento, siendo la imposibilidad de lograrlo el motor para posteriores discusiones y luchas de poder entre ellos.

Las prácticas de la mal entendida política no sólo se roban nuestros recursos financieros, también se han robado la dignidad de una franja importante de dominicanos y esto no parece motorizar en la sociedad civil ningún movimiento ciudadano contundente que apueste a la transformación de la escena.

Hoy por hoy, en nuestro país ya no es suficiente trabajar para proveer a nuestras familias, se hace necesario participar, proponer e involucrarse en ejecuciones que impulsen el desarrollo de dos áreas vitales: el Trabajo Social y la bien entendida política.  Ojalá!



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