Cierto, ¡no es perfecto! pero sus resultados son óptimos.
Como toda actividad humana, sobretodo en una país de cero institucionalidad, el proyecto de voleibol femenino tiene sus debilidades, pero sus fortalezas son mayores.
A recordar, el nivel mundial del equipo grande (9), el sub-23 (3) y el sub-20 (1). Ahora acude a la final del mundial el equipo juvenil (sub-18), categoría que viene de un onceno lugar (2009), octavo (2013) y no clasificó (2015). El avance es claro. Intrusamante, Dominicana (12) se metió en las semifinales junto a potencias como Italia (2), Turquía (4) y Rusia (6).
¡El relevo está garantizado!. Cristóbal Marte es el mentor económico del proyecto siempre con el aval oficial de la Federación Dominicana de Voleibol que preside Alexis García y es loable que el 100 por ciento de las jugadoras son reclutadas y formadas en el país. E
l proyecto inició con la escuela cubana y Jorge Pérez Vento y en la actualidad se rige con la brasileña bajo la dirección de Marcos Kwiek. Beato Cruz (f) lo hizo bien en la transición. El proyecto de varones, campeones vigentes centroamericanos y caribeños realizan gran esfuerzo aunque no tienen un «padrino económico» que garantice que no se vayan directos al béisbol y al baloncesto.