Una cosa que no le conviene a la Asociación de Cronistas de Arte es que por sus alrededores se escuche la palabra fraude.
Eso es muy delicado tratándose de que es una entidad que entrega unos premios cada año.
El haber “revivido” un voto nulo y convertirlo en valido para favorecer un candidato en Acroarte le ha hecho más daño a la entidad del que Carlos Cepeda Suriel pudiera imaginar.
Según me dijo una vez el cronista en una entrevista, fue en su casa donde se crearon los premios que otorga esta institución y él mismo también lo ha truncado.
De darse la premiación con una directiva ilegal, serán pocos los que creerán en esos resultados. Por eso, abogo porque los ex presidentes de Acroarte salgan al frente y saquen de ese limbo a una institución que había ganado una credibilidad franca.
Si los que están hoy día atrincherados en Acroarte pusieran por encima el bien de la institución llamarían ellos mismos a unas nuevas elecciones y que gane el que los cronistas entiendan debería llevar la rienda de Acroarte.
Y que no se sigan engañando diciendo que los eventos que han hecho han estado llenos de croartistas, porque no es verdad.
Lo que corresponde es que se hagan nuevas elecciones como el propio Cepeda anunció la noche de las elecciones en que quedó claro que hubo un empate.