¡No caiga en ese gancho, Danilo!

¡No caiga en ese gancho, Danilo!

¡No caiga en ese gancho, Danilo!

Rafael Molina Morillo, director de El Día

Ejercer el poder debe ser muy sabroso, a pesar de los sacrificios que ello implica. Por eso son tan feroces y tan costosas las campañas políticas para alcanzar un puesto en la administración pública.

Cuando finalmente se logra el objetivo, llueven los adulones que se acercan al ganador, ora en calidad de limpiasacos gratuitos o de cobradores que aportaron dinero para la campaña y ahora vienen a pasar factura.

Esos traficantes de la política son, precisamente, los que les meten en la cabeza a los gobernantes de turno la idea de reelegirse tantas veces como sea posible, para así seguir ordeñando entre todos la vaca del Estado hasta dejarla seca.

La lógica es clara: “si mi líder sigue encaramao, yo también sigo pegao”.

Quizás esa sea la explicación de por qué ha habido tantas reelecciones en este país. La tentación es muy grande y la carne es muy débil. No creo necesario repetir aquí los males de la reelección, aunque se trate de un presidente bueno.

Al presidente Danilo Medina lo están empujando para que propicie otra reforma constitucional a fin de restablecer la reelección. “Si otros lo han hecho, ¿por qué no hacerlo yo también?

Ojalá que sea verdad lo que dicen por ahí, que Danilo es diferente a los demás. Pero en lo que se averigua, yo me permito decirle al Presidente con la mejor buena fe:
¡No caiga en ese gancho, Danilo!



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