¡No! al relajo constitucional

¡No! al relajo constitucional

¡No! al relajo constitucional

Rafael Molina Morillo, director de El Día

La Constitución no es un relajo. 

Corrijo: no debe ser un relajo.

Lamentablemente, para mucha gente con poder político y económico la llamada “Carta Magna” es simplemente un juguete cuya única utilidad es, después de acondicionarla debidamente, apoderarse mediante un solo zarpazo de la Presidencia de la República y los demás cargos electivos. Y a Dios que reparta suerte.

Es obvio que ya se están quitando la careta los promotores de cambios y reformas constitucionales para permitir la reelección presidencial, los unos, o impedirla, los otros.

Porque tan activos como los reeleccionistas están los que no quieren saber nada de reelección, ni ahora ni nunca. Aunque es posible que, en caso de ganar ahora las elecciones, esos mismos antireeleccionistas de hoy se conviertan en los reeleccionistas de mañana.

Casi todas las personas con quienes he hablado sobre este tema me dicen estar convencidas de que ninguno de ambos bandos quiere la Presidencia por puro patriotismo, y que les es indiferente que el próximo presidente se llame Danilo, Leonel, Luis, Hipólito o Miguel.

Lo que sí les importa, y a mí con ellos, es que ese famoso pedazo de papel llamado Constitución sea respetado, pero nunca utilizado como un alicate para llegar a la cima y quedarse allí para siempre.

Ahí es adonde debemos dirigir nuestros esfuerzos los ciudadanos preocupados por el incierto futuro nacional para que gane quien gane las elecciones por venir, gobierne con verdadero sentido patriótico y con la clara convicción de que una victoria electoral no es un premio, sino un compromiso de entrega total en beneficio del país.



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