
Santo Domingo.- “Las normas sociales, que perpetúan la idea de que cuidar es responsabilidad exclusiva de las mujeres, afectan de forma dramática la vida de las niñas, negándoles en muchos casos la oportunidad de asistir o terminar su educación ni disfrutar la etapa de ser niñas y adolescentes por tener que realizar tareas domésticas o cuidar de sus hermanos menores”.
Esa afirmación es de Anyoli Sanabria, representante interina del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) en el país, quien asegura que la transformación de estas normas es esencial para garantizar un desarrollo pleno y equitativo para todas las infancias.
A propósito de la conmemoración este 12 de agosto del Día Internacional de la Juventud, establecido por las Naciones Unidas, ocasión en que se buscan destacar la importancia de ese segmento poblacional y sus contribuciones a la sociedad, la funcionaria puso de relieve la desigualada que empieza en los hogares.
En un documento dirigido a la prensa, Senabria dijo que en el marco de esta ocasión desde hoy al 15 de agosto, México será sede de la XVI Conferencia Regional sobre la Mujer en América Latina y el Caribe, un espacio histórico de diálogo y acción donde gobiernos, sociedad civil y organismos internacionales avanzan en la agenda de igualdad de género, y el tema es “Las transformaciones en los ámbitos político, económico, social, cultural y ambiental para impulsar la sociedad del cuidado y la igualdad de género”.
Con esa idea se abrió un sondeo por la plataforma digital U-Report en la que se entablaron discusiones surgidas con el grupo de 104 chicas de la región, se sumaron las voces y recomendaciones de más de 56 mil adolescentes y jóvenes de 29 países, consultados acerca de las tareas de cuidados de la surgieron otras conclusiones y vivencias similares entre las jóvenes.
Tareas domésticas
De ahí afloró que en América Latina y el Caribe, las niñas realizan más trabajo de cuidados no remunerado que los niños e incluso algunos adultos. Las adolescentes dedican, en promedio, al menos una hora diaria más que los varones a tareas domésticas y de cuidados, lo que representa 7 horas semanales adicionales.
Esta carga aumenta en contextos de pobreza: Las niñas de zonas vulnerables pueden dedicar hasta tres veces más tiempo al cuidado no remunerado. Además, la convivencia con hermanos menores de 5 años incrementa significativamente esta carga, desplazando su tiempo de estudio, descanso o recreación.
“En nuestros países, las niñas cargan con una doble jornada que limita su derecho al juego, al estudio y al descanso, perpetuando ciclos de pobreza y exclusión desde la infancia. Desde UNICEF, hacemos un llamado a reconocer, redistribuir y reducir esta carga para que todas las niñas puedan crecer, aprender y desarrollarse plenamente”, externó Sanabria.
Compromiso
En la XVI Conferencia Regional, de República Dominicana participan diferentes autoridades en representación del Gobierno, así como la joven Erika De la Cruz, miembro del Consejo Consultivo Adolescente y Juvenil de UNICEF (Altavoz) en el país a fin de reafirmar el compromiso con la inclusión de testimonios diversos y representativos en la construcción de políticas públicas en favor de la niñez y la adolescencia.
Desde abril de 2025, unos 104 adolescentes de 18 países latinoamericanos trabajaron por tres meses discutiendo el tema, compartiendo experiencias de vida y consolidando propuestas, demandas y recomendaciones a través de talleres virtuales multipaís y regionales.
Las sugerencias serán presentadas por una delegación de 10 adolescentes de 9 países en el evento paralelo “Sin barreras: Prioridades e inversiones estratégicas para reducir el impacto de la carga de cuidados en niñas, adolescentes y jóvenes”.
Realidad en Dominicana
Aunque se ha registrado una disminución en el embarazo adolescente (del 29.2 % en 2018 al 19.7 % en 2022), la tasa de fecundidad sigue siendo alta: 77 nacimientos por cada 1,000 mujeres entre 15 y 19 años.
Las adolescentes rurales, con menor educación y en condiciones de pobreza, son las más vulnerables para unirse o embarazarse a temprana edad.
Según el documento, esos indicadores forman parte del Análisis de la Situación de los Derechos de la Niñez ante las Violencias de UNICEF, publicado en 2024, el cual refleja cómo la sobrecarga de cuidados y la falta de oportunidades agravan la desigualdad y exponen a las adolescentes a riesgos múltiples.
Esa realidad fue atribuida a la falta de servicios públicos accesibles y políticas corresponsables que lleva a que las niñas y las adolescentes deban asumir responsabilidades que no les corresponden, afectando su bienestar, su educación y sus oportunidades.
Cambiar esta realidad implica actuar desde la raíz: con políticas públicas, transformación cultural y participación protagónica de las adolescentes.
Entre las recomendaciones de UNICEF a los gobiernos figura ampliar la cobertura de servicios de cuidado para la primera infancia, personas mayores y con discapacidad; impulsar programas de protección social que alivien las cargas sobre las adolescentes, además de desarrollar campañas culturales dirigidas a jóvenes, promoviendo masculinidades corresponsables, entre otros.