Ni yo te juzgo, vete y no peques más

Ni yo te juzgo, vete y no peques más

Ni yo te juzgo, vete y no peques más

Mayra de Peña

En múltiples ocasiones he visto vidas transformadas por el Señor Jesucristo y les confieso que quedo maravillada del cambio evidenciado en su rostro, en su mirada, y sobre todo en el accionar,  y me digo,  wao!, nada en la vida fuera de Dios pudo haber logrado ese cambio, y es que ya no tiene esa raíz de amargura ni percibo ese vacío existencial, más bien la alegría y la sinergia de paz, espíritu-cuerpo brota por sus poros.

Es por eso que cuando quiero desfallecer ante tantas barbaries cometidas por nosotros los humanos, mis pensamientos corren a la Palabra de Dios donde me dice ¨Donde abunda el pecado..Sobreabunda la gracia¨, por tanto hay esperanza.

Si conocemos la vida de Jesús y lo que predicó, leemos el pasaje de María Magdalena y la enseñanza de amor allí ilustrada cuando dijo ¨El que se sienta libre de pecado lance la primera piedra¨, podemos constatar que el amor y el perdón fue su lema.

Jesús dijo que él venía a buscar lo que se había perdido, miraba a su prójimo con ojos de misericordia y sabiendo que había venido de Dios y que no había pecado en sí mismo, no se envaneció sino que tuvo compasión de nosotros. El sabía que solo cuando recibimos su amor y perdón podemos cambiar nuestra actitud hacia la vida y hacia los demás.

El enemigo de las vidas, tanto espiritual como física, hace todo lo posible e imposible para  sumirnos en la depresión, que sintamos que como hemos pecado ya no tenemos salida, y si la transgresión ha sido grande,  es cuando más se empodera de nuestros pensamientos y emociones, implantando en nosotros el odio y el desprecio por los demás y por nosotros mismos (raíz de muchos males), otras  veces nos instaura el sentido de superioridad y nos hace ser soberbios e incrédulos, y es que es padre de mentira.

Jesús murió en la cruz del calvario y pagó por nuestros pecados, nos trajo de la muerte espiritual a la vida eterna con Dios. A través de él conocemos el amor con el que fuimos concebido desde la creación, por eso es necesario que sepas que solo tienes que dar el paso de fe y decirle al Señor que entre a tu vida, CUALQUIERA QUE SEA TU SITUACIÓN DE PECADO, Cristo quiere que pases de las tinieblas a la luz y tiene la autoridad y potestad de hacerlo.

Estamos tan acostumbrados a juzgar que se nos hace difícil entender que hay un Dios que nos ama por encima de nuestras debilidades y que está dispuesto a transformarnos para nuestro bien si vamos a él con genuino arrepentimiento.

No tienes que hacer grandes alardes, ni ir a un sitio especial, Jesucristo está esperando por ti, ahí donde te encuentres;  somos  tan importantes para él, que derramó su sangre por nuestros pecados. La gente piensa que es difícil ser perdonado, y es que no concibe que exista ese amor ágape,  pero no es así, el perdón esta a la distancia de tu arrepentimiento y la decisión de decirle SÍ A JESÚS!



Mayra De Peña

Lic. en Contabilidad, egresada de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), graduada de Periodista, en el Instituto Dominicano de Periodismo (IDP). Locutora, con un Diplomado en Comercio Exterior, y Diplomado en Política Estratégica. He desempeñado diversas funciones dentro del sector Privado y Gubernamental. Hija de Dios y amante de la naturaleza. Creo en vivir a plenitud de manera equilibrada y en lo significativo de quererse y valorarse como individuo. Soy una feliz madre de tres hermosas hijas, creo en el matrimonio, en la institución familiar y en la importancia de predicar con el ejemplo. Amo escribir y con ello transmitir mi sentir y sobre todo tengo en alto estima alimentar el espíritu, pues de él mana la vida.