Nepal reconstruye viviendas y prende velas un año después del terremoto

Nepal reconstruye viviendas y prende velas un año después del terremoto

Nepal reconstruye viviendas y prende velas un año después del terremoto

Nepal

Por: José Luis Paniagua

Katmandú.– El Gobierno de Nepal abrió hoy formalmente el proceso de reconstrucción de viviendas un año después de que un terremoto acabara con la vida de 9.000 personas y destruyó casi de un millón de viviendas.

La fecha empezó a ser conmemorada con diversos actos en todo el país y una vigilia con velas. En el día en que de acuerdo al calendario local se cumple un año de la tragedia, una efeméride que según el calendario occidental se conmemora mañana, el primer ministro nepalí, K.P. Sharma Oli, viajó al distrito de Sindhupalchok, el lugar más castigado por la tragedia para hacer un anuncio que llega tras muchas promesas incumplidas.

“El proceso de reconstrucción se fue retrasando por diferentes motivos, (pero) con su inicio hoy el Gobierno aumentará su esfuerzo por completar la reconstrucción lo antes posible”, declaró Oli en una zona que sufrió como pocas el seísmo y donde se registró la tercera parte de los muertos del país.

El primer ministro colocó en Chautara, cabeza del distrito de Sindhupalchok, la piedra fundacional de un complejo de viviendas públicas, mientras que la presidenta de Nepal, Bidhya Devi Bhan, hizo lo mismo en el distrito de Gorkha, epicentro del terremoto.

Antes Oli había rendido tributo a los muertos en el terremoto en un emblemático lugar en Katmandú, donde se erigía la icónica torre del siglo XIX Dharahara.

También participó en el inicio de una vigila de tres días que comenzó en la céntrica plaza Maithigar Mandala de Katmandú, que quedó poblada con cientos de velas encendidas en recuerdo de las víctimas del desastre natural y decenas de personas que se acercaron hasta el lugar para prender una luz con la que recordar el luctuoso día.

“Vine aquí con mis amigos porque hoy recuerdo el día más doloroso de mi vida, perdí a una amiga y siempre pienso en ella”, dijo a Efe Atmaram Shrestha, un guardia de seguridad de 35 años.

Cerca de allí, en el parque de Tundikhel, que durante el terremoto se convirtió en el principal campamento de damnificados del país, hoy cientos de personas compartían un concierto y lanzaban globos de papel con velas al aire en una explanada en la que ya no queda ninguna tienda de campaña.

Otros actos de homenaje se han repetido en otros puntos de la capital nepalí y del resto del país. En Bakhtapur, ciudad patrimonio de la humanidad que sufrió enormes pérdidas durante el seísmo, organizaciones no gubernamentales organizaron una acto de donación de sangre y un concierto solidario con las víctimas.

El 25 de abril de 2015 Nepal sufrió la peor tragedia en 80 años al ver cómo un terremoto de 7,5 grados en la escala Richter, acababa con miles de personas, especialmente en varios de los distritos más pobres del país.

El Gobierno cuantificó las pérdidas por el sismo en 6.600 millones de dólares y evaluó el costo de la reconstrucción en 7.000 millones.

Sin embargo, las fricciones políticas y el retraso en la constitución de la Autoridad Nacional para la Reconstrucción -que se nombró en diciembre pasado- han ido posponiendo programas para los que la comunidad internacional prometió 4.400 millones de dólares que no ha desembolsado por la falta de contraparte en el país.

Del casi millón de viviendas dañadas o destruidas apenas 30.000 han sido reconstruidas o entregadas.

Alrededor de medio centenar de familias de Bakhtapur aún siguen viviendo en el predio de una escuela convertida en un campamento con demasiados meses de vida como para seguir llamándole temporal.

Son nada más que una muestra de las 800.000 personas que perdieron sus casas y aún viven en campamentos, bajo toldos o cobertizos improvisados.

Apenas han recibido 15.000 rupias nepalíes (unos 150 dólares), o 25.000 (250) en el mejor de los casos, para comenzar el trabajo de recuperación de sus viviendas. Bishnu Haya, de 40 años, vive en una construcción monstruosa de ladrillos, zinc y lona junto a otros tres miembros de su familia. Trabaja como sirvienta doméstica después de que la industria textil en la que trabajaba cerrara por culpa del terremoto.

“La casa quedó completamente destruida, tenemos que comprar una casa nueva y solo un miembro de la familia trabaja”, explicó resignada.