David Alvarez
El discurso del presidente en Cuba motivó el ánimo de muchos, igual que lo hizo el triunfo de nuestro equipo de pelota en la serie mundial, pero es un sentimiento. No podemos construir una sociedad moderna y justa en base a emociones primarias.
Justeza tuvo Danilo Medina en responder la crítica de Gonsalves, pero varias cosas que dijo no son ciertas.
Cierto es que él busca la manera de regularizar la situación migratoria y todos esperamos que eso salde la injusticia que por décadas sufren muchos emigrantes haitianos en nuestro país y los dominicanos de origen haitiano.
Es una realidad que hay muchos rasgos de racismo en varios segmentos de nuestra sociedad, ser negro y ser pobre son dos estigmas que marcan la vida de millones de hombres y mujeres en nuestro país. No es culpa del Presidente y no es un fenómeno único de nuestra sociedad.
Pero debemos reconocerlo y actuar en su solución.
Es un hecho que un dominicano o extranjero sin papeles no puede pasar del 8vo grado, por tanto documentar a unos y otros es lo que permitiría efectivamente el acceso de la educación para todos.
La fórmula que permita documentar a los miles de dominicanos de origen haitiano y a los haitianos que brindan su trabajo en nuestro país está en manos del Poder Ejecutivo y será el mejor discurso nacionalista.
La política no se debe conducir como la pelota, amerita que la vida de las personas sea dignificada.
