El Mundial del desierto (que en 50 años no debe repetirse por esas latitudes ni época del año), iniciará el próximo domingo 20 en Catar con los favoritos habituales y sin que se le confiera oportunidades a ningún país de África, Asia y de América que no sean los de siempre: Brasil y Argentina.
Con Italia fuera del panorama catarí, Brasil, Argentina y el campeón vigente Francia, lucen con las mayores probabilidades de levantar el trofeo dorado de la FIFA el 18 de diciembre.
Más rezagada sitúan a una España con un nivel muy distante al de la época dorada que dominaban los míticos del Barcelona (Iniesta, Xavi, Busquets, Puyol, Piqué y luego Villa). Y en mucho tiempo, Inglaterra no figuraba en favoritismo por delante de la siempre candidata Alemania.
‘Stats Perform’, una compañía especializada en datos deportivos elaboró un modelo de predicción que estima la probabilidad del resultado de cada partido de las 32 selecciones participantes mediante un algoritmo que toma en cuenta informaciones del mercado de apuestas y resultados históricos de los equipos.
Dicho modelo, además, considera la dificultad de los rivales que aparecen camino a la final; simula el torneo hasta 100,000 veces y analiza el resultado para predecir la progresión de los equipos.
La conclusión de ‘Stats Perform’ es, que el Brasil de Neymar y Casemiro tiene un 16,3 % de probabilidades de levantar la Copa; Argentina de Messi (en su último Mundial) y Lautaro, 13,1 %; Francia de Mbappé y Benzema, 12 %.
A una España carente de un crac más allá de Morata, Sarabia o Asencio, le da 8,9 %; Inglaterra de Harry Kane y Sterling, 8,8 %; Alemania de Neuer y Müller, 7,7 %; a Países Bajos (Holanda) de Van Dijk y Frankie de Jong, 6,6 %; Bélgica de Courtois y De Bruyne, 5,8 %; y un noveno puesto da al Portugal de Silva y Cristiano, con 5,4 % de posibilidades de coronarse en Catar.
En nuestra visión, la Canarinha es la favorita porque tiene un bloque capaz de conducir al once por encima de las distracciones de Neymar. De acuerdo al modelo, Argentina acompañaría a Brasil en la final, pero tienen posibilidades de medirse en una semifinal. Por cuanto, pensamos que el último partido sería una reedición de 1998: Brasil vs Francia, a pesar de que “les Blues” no tendrán a los lesionados N’Golo Kanté ni Paul Pogba.
Vemos a los ingleses más sólidos que a los españoles y nunca se debe faltar el respeto a los alemanes, que tienen carácter para adelantarse a aquellos. Mejor que España imaginamos a Portugal, no por Ronaldo sino por el bloque que hace mucho viene jugando gran fútbol. Pena que Diogo Jota se lesionó y no estará. Bélgica puede hacer mucho daño.
Ahora queda que suene el silbatazo inicial el domingo para que el anfitrión Catar y el suramericano Ecuador pongan el cuero a rodar para la edición 22 de la Copa Mundial del desierto.
Y los creyentes a rezar para que todo salga bien, especialmente entre los 1.5 millones de visitantes que esperan los organizadores, muchos de los cuales querrán divertirse en el emirato ultramoderno, pero con una mentalidad enclavada en la Edad Media.