El deporte se ha convertido en las últimas tres décadas en una industria que hoy debe estar ubicada , entre las más productivas del mundo, una realidad que muy pocos imaginaron que podría suceder en tan breve tiempo.
De acuerdo a las estadísticas, solo por encima de los beneficios que generan los deportes se encuentra las telecomunicaciones, exploración de gas y petróleo, fondos de pensiones, seguros, producción de automóviles, banca, turismo, farmacéutica y la producción de armamentos.
Es una realidad que jamás pasó por la mente del fundador de los Juegos Olímpicos, el barón Pierre de Coubertin, quien entendía que el deporte era una actividad que jamás debía ser invadida por el poder del dinero mediante su comercialización.
Hoy esa filosofía ha quedado en el pasado, totalmente obsoleta, ya que el objetivo de cualquier actividad deportiva en la actualidad, es generar la mayor cantidad de dinero posible por los diferentes canales de comercialización.
Ese cambio que se ha experimentado en los deportes hoy es es una necesidad, debido a los altos costos de realizar eventos multitudinarios, como es el caso de unos Juegos Olímpicos.
El dinero a raudales que hoy obtienen miles de atletas, es la principal razón que motiva a millones a incursionar en los deportes.
El ejemplo más reciente del interés que está despertando el deporte, lo tenemos los dominicanos, con el anuncio de premios multimillonarios que oferta el gobierno a los atletas que ganen medallas en París 2024.
Saber que un atleta puede lograr una fortuna si gana una medalla, es un incentivo para que muchos niños y jóvenes se motiven a practicar una disciplina cualquiera, en especial, aquellas que transforman económicamente a una familia, de la noche a la mañana.