NUEVA YORK.- El banco estadounidense Wells Fargo deberá pagar una multa de 1.000 millones de dólares debido a prácticas comerciales ilícitas en materia de hipotecas y de créditos automotores, anunciaron reguladores del sector.
Se trata de la mayor multa impuesta tras la llegada a la Casa Blanca de Donald Trump, cuyo gobierno ha relajado considerablemente las regulaciones financieras impuestas por la ley Dodd-Frank para evitar una nueva crisis como la que estalló en 2008.
El grupo «se dedicó a prácticas imprudentes y arriesgadas mediante la celebración de pólizas de seguro colaterales de préstamos para automóviles y el cobro de tarifas que estaban asociadas», criticó en particular el regulador bancario OCC (Oficina del Contralor de la Moneda), en una declaración.
«Siempre hemos dicho que vamos a aplicar la ley y eso es lo que hicimos aquí», añadió Mick Mulvaney, jefe de la Oficina de Protección Financiera del Consumidor (CFPB), una agencia creada después de la crisis del 2008.
Los dos entes reguladores ordenaron al banco de California devolver a los clientes afectados las sumas indebidamente adjudicadas y fortalecer su programa de gestión de riesgos.
La multa es un golpe duro para Wells Fargo considerado todavía como el mayor banco de Estados Unidos, no sólo porque la mayor parte de sus operaciones cubre la financiación de la economía real, a través de los préstamos a hogares y a las PYME, sino también debido a la baja exposición en los mercados financieros.
Sin embargo desde 2016, la institución está sumida en una serie de escándalos, el más resonante de ellos la apertura de 3,5 millones de cuentas falsas en nombre de clientes sin su conocimiento.
Como resultado de esos actos, unos 5.300 empleados fueron despedidos y Wells Fargo ya recibió una multa de 185 millones de dólares. John Stumpf, el director ejecutivo en ese momento, tuvo que renunciar.