La expresión “mujeres multitasking” son dos palabras muy manoseadas y, a fuerza de repetición, muchos valoran y tratan de entender a ese ser que desempeña varios roles sin descuidar ninguno y destacarse… por lo menos así lo pensamos nosotras.
Y es que la mujer de hoy en día es capaz o está obligada a gestionar problemas, desplegando una capacidad increíble de estar en varios lugares al mismo tiempo: casa, hijos, pareja, padres, trabajo, escuela, actividades extracurriculares y otras tantas más.
Yo, que puedo asegurar que soy miembro activa de este club, por la cantidad de responsabilidades a mi cargo, en muchas ocasiones me pregunto ¿cómo lo hago? y, talvez a esta pregunta la respuesta que más me llega a la mente es que “no tengo otra opción”, pues soy mujer, madre, cabeza de familia y profesional con unas cuantas carpetas abiertas y caminos escogidos. Y me gusta todo lo que hago.
Tenemos una gran capacidad de gestión, pero no es tarea nada sencilla, pues para lograr hacer tantas cosas tendemos a olvidarnos de lo más importante: a nosotras mismas.
Yo eso lo sé hace mucho, el estrés y tensión me lo confirman, pero ya estoy subida en el tren y hacer un “stop” y pensar en el daño que me hago es casi una odisea y esto le pasa a todas las mujeres. Nos exigimos mucho y nos exigen mucho también.
El viernes pasado, la doctora Maritza Arbaje, con su participación en un evento de Avon, nos dio un corrientazo eléctrico al recordarnos que si no aprendemos a querernos más a nosotras mismas, la factura que tendremos que pagar será muy alta.