SANTO DOMINGO.-Si bien la inseguridad que proporciona la presencia de un limpiavidrios es común a hombres y mujeres, son estas las que, en base a testimonios, evidencian haberse constituido en la presa fácil de este grupo.
“Frente al Supermercado Nacional de la avenida Abraham Lincoln, un limpiavidrios le echó agua sucia a una amiga mía solo porque le dije que no.
Unas semanas después, el mismo animal me salió en la Winston Churchill con 27 de Febrero y le dio un golpe a mi carro porque le hice señas para que no lo limpiara”, afirmó la periodista Ana Méndez.
A Margaret Frías, una colaboradora del Ministerio de Cultura le devolvieron con dirección a su cara, un desayuno que compartió en agrado cuando previamente se había negado a que le limpiaran el cristal.
“No debí bajar el cristal pero habría sido peor porque en otra momento, esa misma persona tuvo encontronazo con alguien en malas condiciones”. Su caso se originó en la avenida Las Américas a plena luz del día.
La comunicadora Masiel Reyes ha sido víctima de violencia verbal lo que la ha llevado a adoptar la costumbre de accionar el parabrisas cada vez que se acerca a una intersección.
Propuesta
La presencia de los limpiavidrios ha sido notada mediáticamente tras la agresión al reportero gráfico de RNN, Guary Cuevas. El jurista y experto en seguridad, Juan José Eusebio, sugirió que la presencia de limpiavidrios pueda ser reportada utilizando el 9-1-1. “Control preventivo, alertas mediante el 9-1-1, patrullaje activo, oficiales o inspectores de encubiertos en ciertos puntos, etc”.
Policía Nacional
El vocero de la Policía Nacional, Diego Pesqueira, dijo ayer que Cuevas ya ha participado en jornadas de identificación a los fines de dar con la persona que le agredió. Hay treinta detenidos por el hecho. También afirmó que trabajan junto al Ayuntamiento del DN para erradicar la práctica en su totalidad.
Problema estructural; falta autoridad en calles
Explicación. La socióloga y miembro de Participación Ciudadana, Miriam Díaz, indicó que el problema de los limpiavidrios en las calles es estructural. “Originado en la miseria, pero también en la falta de autoridad y el descuido de nuestras ciudades.
Nadie se siente responsable: los digesets dicen que esa no es su función, la Policía Municipal no da abasto o esta priorizando parques y otros lugares y, finalmente, la Policía Nacional tampoco se siente que les corresponde esta problemática”.
Sugirió buscarles soluciones pero nunca permitiéndoles regresar a las calles.