SANTO DOMINGO.-Hace siete meses, Ana Isaura Pimentel, ultimada el pasado martes por su expareja en el parqueo de Caribe Tours, decidió marcharse de su hogar huyendo de las constantes amenazas de muerte.
La joven habría regresado esta semana a la capital desde Bávaro para visitar a dos de los cuatro hijos que procreó con Franklin Estrella, quien se desempeñaba como agente de seguridad, y al percatarse de que esta regresaría al interior en un autobús de esa terminal, la llamó vía telefónica pidiéndole que bajase al parqueo para entregarle el dinero de la manutención de los niños.
En esas circunstancias fue que Estrella le pidió a su hija de ocho años, la cual acompañaba a su madre, que la esperara sentada en una silla, para luego dispararle con la escopeta que portaba y posteriormente suicidarse con la misma.
“Uno le decía que si esa mujer no quería estar con él que soltara eso, pero él decía que no, que él se sentía bien quitándole la vida”, expresó visiblemente afectado Ismael Pimentel, uno de los 8 hermanos de la víctima.
Los restos de Ana Isaura fueron velados ayer en la residencia de su familia ubicada en el sector 27 de Febrero del Distrito Nacional y sepultados en horas de la tarde en el cementerio Cristo Salvador, en el municicpio Santo Domingo Este.
Hasta el mediodía de ayer ningún familiar de Francisco Estrella se había presentado a reclamar su cuerpo en la morgue.
El victimario laboraba en la empresa Caribe Tours desde hace ocho meses, período en el cual no dio muestra de ser violento, sino una persona amable y de buen trato con los demás, según revelaron sus compañeros de trabajo.
Tragedia
— Víctimas colaterales
Los cuatro menores de edad procreados por Ana Isaura Pimentel y Franklin Estrella quedarán al cuidado de su abuela, quien dijo no tener las condiciones para cuidarlos.