Glenis E. Féliz
Una célebre frase reza que “El amor es ciego y la locura lo acompaña” y tiene toda la razón. Cuando una mujer se enamora entrega todo lo que tiene sin ninguna reserva en la mayoría de los casos, y está bien que lo haga, sin embargo lo que no está bien es que se olvide de ella y confíe ciegamente en un extraño.
Una pareja es un par de personas extrañas con distintas costumbres, pensamientos, metas y hasta credo, que en muchos casos luego de conocerse y llegar al matrimonio la mujer se entera de que no lo conocía, este hombre comienza a tener un comportamiento muy distinto al que mostró en el noviazgo y comienzan las decepciones, las lágrimas, el apuro y ahora que voy a hacer? Son las preguntas frecuentes por el miedo a romper la relación, al que dirán familiares y amigos, y peor aún, el peso de la conciencia, yo me case para toda la vida, se repiten una y otra vez como manera de engañarse a sí mismas.
Una relación debe estar encaminada a amar con consciencia, ¿qué quiere decir esto? que para amar a otros primero debes amarte. Esto se logra cuando la consciencia se activa en función de ir mirando que te hace daño o que te hace falta o afecta en esa relación, que cosas te pide él que hagas o dejes de hacer no cegarte e ir viendo cuál es su comportamiento. La mujer de hoy estudia, trabaja y quiere tener un hogar, familia, una linda casa y vivir feliz en su matrimonio, esto a su vez trae consigo mayor compromiso y sacrificio para la mujer, llevar la carga más pesada en el hogar y las mujeres que tienen hijos, estudian y trabajan sabrán de qué estoy hablando.
Hay también los casos donde el hombre le pide a la mujer que deje su trabajo y hasta su carrera con cualquier pretexto, es esta propuesta tan dulce como parece o tan buena como se ve? A saber por la mayoría de las mujeres que han hecho caso a las peticiones de sus maridos y al final terminan diciendo yo nunca debí dejar mi trabajo y mi carrera, porque terminan viviendo bajo la sombra del marido y lo único que tienen es la familia, si él no se cansa y hace que la mujer tome la decisión de divorciarse porque además el no será culpable del divorcio.
Que quiero decir con esto, no hay ninguna cosa mala en casarse, formar familia y amar profundamente si este es un amor consciente, donde usted sea parte importante en la toma de las decisiones para su futuro y su decisión nunca debe ser ir en contra de usted misma, sino más bien continuar con su vida y su carrera pues al final los hijos se van, hacen su vida y muchas veces la persona que menos cuenta para ellos es usted y no es por mal, simplemente es la ley de la vida.
Un final feliz hágase la pregunta qué he logrado en mi vida?, si buscamos información a ninguna mujer le han dado nunca un reconocimiento por ser la mejor madre o la mejor esposa pero, tampoco ha ganado dinero, ni respeto por este acto tan heroico, heroico como salir viva y con juicio de una guerra emocional.
Mañana usted será vieja con más arrugas en el corazón que el cuerpo gracias al lamento de “yo nunca debe dejar mi vida para ser ama de casa, actividad que no debe darle vergüenza a ninguna mujer pero, que ninguno en la familia le agradecería por ello”.
