«Estados Unidos va a designar ANTIFA como una Organización Terrorista».
Ese tuit publicado este domingo por Donald Trump ha situado en el foco mediático a un grupo de antifasctistas de extrema izquierda conocido como Antifa, a quienes acusa de radicalizar las protestas por la muerte del afroestadounidense George Floyd en las calles de Estados Unidos.
Las protestas por la muerte de Floyd, que falleció luego de que un policía blanco le presionara el cuello con la rodilla durante más de 8 minutos, se han expandido a más de 40 ciudades del país y en algunos lugares se han tornado violentas, obligando a imponer toques de queda en algunos casos.
El presidente estadounidense culpó a los «anarquistas liderados por Antifa» y a «Anarquistas de Izquierda radical» de alentar la ira en las protestas, en las que se reivindica un buen trato policial hacia la población afroestadounidense.
Trump no especificó cómo ni cuándo pretende designar a este movimiento como «organización terrorista».
Sin embargo, sus críticos señalan que Estados Unidos no tiene una ley de terrorismo interno y que Antifa, una contracción de «antifascista», no es una organización con un líder, estructura definida o funciones de membresía, por lo que Trump no podría definirla como «organización terrorista».
«Cualquier intento de tal designación plantearía importantes preocupaciones de la Primera Enmienda», dijo Mary McCord, Mary McCord, ex alta funcionaria del Departamento de Justicia estadounidense.
Asi mismo, algunos medios -como el New York Times- han reportado que a través de sitios de internet de supremacistas blancos también se están alentando los disturbios.
¿Pero qué se sabe sobre Antifa y quién está detrás de este movimiento?
¿Quiénes son?
Antifa es más bien un movimiento de activistas cuyos seguidores comparten una filosofía y unas tácticas.
De hecho, es imposible saber cuántas personas integran el movimiento o quién lo lidera. Sus seguidores dicen que es un movimiento secreto organizado por células autónomas locales.
En años recientes, su presencia se ha dado a conocer en protestas contra la violencia y discriminación hacia la población negra en Estados Unidos.
Una de las más sonadas fue durante la manifestación de ultraderecha «Unite the Right» en Charlottesville, Virginia, en 2017, organizada por grupos neonazis que hacían apología del racismo.
¿Contra qué luchan?
Los miembros de este movimiento antifascista han declarado oponerse a todas las formas de racismo y sexismo, y a las políticas del gobierno de Trump contra la inmigración y los musulmanes.
Aunque el grupo ha sido catalogado por analistas de distintos sectores como una organización de izquierda o de extrema izquierda, sus miembros se han focalizado en luchar contra la ideología de extrema derecha, más que en promover iniciativas que representen a un sector determinado del sistema político.
A diferencia de los movimientos o los partidos de izquierda convencionales, el grupo no busca conseguir cuotas de poder ganando elecciones o influyendo en la aprobación de leyes en el Congreso.
Con un fuerte discurso anticapitalista, sus tácticas han sido relacionadas con las de grupos anarquistas más que con la izquierda tradicional.
En este sentido, Antifa no reniega sobre el uso de la violencia como un método válido para protestar en las calles, incluyendo la destrucción de propiedad privada y, en ocasiones, la violencia física contra sus oponentes.
En el último tiempo han participado en manifestaciones contra el líder de extrema derecha Milo Yiannopoulos, en protestas violentas el día en que Trump llegó a la Casa Blanca y en los incidentes en Charlottesville.
Tan antiguo como los nazis
Los miembros de Antifa forman parte de grupos muy diversos en distintos países, aunque aparentemente los más activos se encuentran en Estados Unidos, Reino Unido (bajo el nombre de Anti-Fascist Action) y Alemania (Antifaschistische Aktion).
En el caso alemán, el movimiento fue fundado en 1932 como un grupo de ultraizquierda creado para luchar contra los nazis.
Un año después, luego que Adolfo Hitler asumiera el control de Parlamento, fueron desarticulados y hacia fines de la década de los 80 se reorganizaron en respuesta a la creación de grupos neonazis tras la caída del muro de Berlín.
La elección de Donald Trump parece haber impulsado una especie de resurgimiento del movimiento Antifa, que incluso ha desarrollado nexos con algunos grupos anarquistas.
Según James Anderson, miembro del popular sitio web antifascista It’s Going Down, el interés del público en portal creció desde la llegada del magnate republicano a la Casa Blanca.
Después de los incidentes en Charlottesville, su cuenta de Twitter sumó 2.000 seguidores nuevos, y ahora tiene más de 77.600.
«Se trata de poder popular. Este es un movimiento abierto que busca integrar a una amplia variedad de personas», dijo Anderson.
Blanco de ataques
Pese a que ha crecido el interés en el movimiento en los últimos años, también han aumentado las críticas.
Antifa se ha convertido en el blanco de ataque de grupos conservadores y de extrema derecha. Por ejemplo, el comentarista Erick Erickson, de la cadena Fox News, escribió en su blog que «Antifa y los supremacistas blancos son dos caras de la misma moneda«.
Y en 2017, cerca de 100.000 personas firmaron una petición para que Trump clasifique a Antifa como una organización terrorista, el paso que el presidente quiere dar ahora.